L Bilbao Basket regresó de Badalona con su cuarta derrota de la temporada y lo que es peor, con mucha preocupación por el estado de Tomeu Rigo. El escolta balear sufrió un percance en la rodilla izquierda en el segundo cuarto y ya no pudo volver a la cancha. Sus gestos, sus lágrimas mientras le atendían en el banquillo, ya indicaban que la lesión no tenía muy buena pinta. Mumbrú explicó después del partido que su jugador había "notado un chasquido", pero no será hasta que pase las pertinentes pruebas cuando se conocerá el alcance exacto de una lesión que puede dejar a Rigo un tiempo fuera y que se suma a los molestias, también en la rodilla, que sufre Quentin Serron y tienen al belga entre algodones las últimas semanas.

Esos problemas se concentran, además, a la posición de escolta suplente y afectan a la rotación del equipo bilbaino a largo plazo. Rigo ocupa una de las cuatro plazas de cupo de formación en la plantilla, que son obligatorias en la Liga Endesa y que en la Basketball Champions League son cinco. El plan del cuerpo técnico era meter a uno de los jóvenes de la cantera en el torneo europeo en el lugar de alguno de los jugadores de la rotación principal. Pero ahora, al menos a corto plazo, tendrán que ser dos los jóvenes citados de forma continua para la BCL y uno para la competición de la ACB para cumplir con la normativa.

Dicen que a perro flaco todo son pulgas y ahora mismo la economía del Bilbao Basket está delgada, ajustada al céntimo, y cualquier contratiempo rompe los inestables equilibrios de este momento de pandemia. De hecho, la pasada temporada, en la que todo salió rodado, el club solo tuvo que hacer cambios obligado por las circunstancias: primero, cuando se lesionó de larga duración Jaylon Brown y llegó Tyler Haws y luego cuando se marchó Axel Bouteille al Unicaja y el club incorporó a Quentin Serron. Las decisiones quedarán pendientes de la revisión médica de la rodilla de Tomeu Rigo y quizás se adopten tras el partido de la semana que viene ante el Real Madrid. Tras él, el Bilbao Basket tendrá una semana entera de descanso, pero en la siguiente, la última de octubre, afrontará tres partidos -el inicio de la BCL y dos de la Liga Endesa- en cinco días y no convendría hacerlo con una rotación limitada en efectivos.

El viaje de regreso de Badalona fue duro porque ni siquiera hubo el consuelo de la victoria tras otro partido en el que se confirmó que al Bilbao Basket aún le sigue faltando algo, llámase dureza, picardía, oficio o calidad, para tumbar a rivales de la entidad del Joventut. A la hora de la verdad, volvió a faltar reducir la cota de errores, tomar mejores decisiones en esas posesiones que podían cambiar el sentido de un partido en el que los hombres de negro siempre fueron por detrás. La clasificación aprieta, sobre todo a primera vista, pero todavía no ahoga ya que apenas se ha consumido un mes de competición. Sin embargo, el equipo de Álex Mumbrú sigue teniendo algunas cuestiones pendientes que tienen que ver con el lento crecimiento de algunos jugadores.

Tomeu Rigo era de los que había encontrado ya su rol adecuado, el de apretar en defensa y tratar de anotar los tiros abiertos. De todas formas, no está teniendo suerte el jugador balear en su progresión ya que también tuvo que perderse un partido por culpa de una fractura en la nariz que le ha obligado a jugar con una mascara de protección. Además, hace seis años sufrió la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha cuando estaba en la cantera del Baloncesto Sevilla. Las dudas se resolverán hoy, pero las sensaciones que quedaron en la pista del Olimpic de Badalona no fueron buenas.

El percance del balear incide en los problemas en el puesto de escolta suplente ya que también Serron arrastra molestias