bilbao - Jon Rahm espera que a la tercera pueda ser la vencida. El golfista de Barrika, como antes en el Waste Management de Phoenix o en el Genesis Invitational de Los Angeles, tiene otra oportunidad de alcanzar el número 1 del mundo. Para ello necesita ganar en el WGC México de Chapultepec, el primero de los cuatro torneos que cada año reúnen a los mejores de todos los circuitos profesionales del mundo. Rahm llega más cerca que nunca del número 2 del mundo que ahora ocupa Brooks Koepka. Lo estuvo también en febrero de 2018, justo antes de jugar en México. El de Florida, aún recuperándose de una lesión en la rodilla, no sale esta semana, pero el líder mundial, Rory McIlroy, sí compite y no lo pondrá sencillo. Al margen del triunfo del barrikoztarra, el norirlandés debe acabar fuera de los tres primeros para que se produzca el relevo en la cima.

McIlroy ganó el último WGC en Shangai y llega de pelear por los primeros puestos en el Genesis, donde el vizcaino, sin estar fino, acabó decimoséptimo, su peor posición desde el US Open de junio tras el que acumula tres victorias, cuatro segundos, dos Top 5, tres Top 10 y tres Top 20 en quince torneos. Son casi nueve meses rozando la excelencia cada vez que ha salido a un campo. Pero no es suficiente y Jon Rahm es consciente de que ese es el nivel que debe marcar para mantener vivo el objetivo de ser el mejor del mundo en los próximos meses. "Es una consecuencia de jugar bien cada semana", comenta un jugador que pone por delante como reto para este año "ganar un major a ser número 1, aunque esto es un sueño para cualquiera de nosotros".

En su estreno mexicano en 2017 fue tercero, pero luego el recorrido de Chapultepec, un par 71 que se sitúa a más de 2.000 metros de altitud, no se le ha dado demasiado bien y fue vigésimo en 2018 y cuadragésimo quinto de 2019. Pese a ello, reconoce que le encanta el ambiente que se vive en un torneo de marcado acento hispano. "Espero estar al nivel del primer año y darme una oportunidad de ganar. Para eso juego cada semana", añade.

Rahm saldrá los dos primeros días junto al local Carlos Ortiz, que marcha el vigésimo cuarto en la FedEx Cup, y el australiano Adam Scott, precisamente el ganador la semana pasada en el exigente Riviera Country Club. Esto elevará la temperatura emocional de este partido y, aunque le puede quitar presión, exigirá al de Barrika sacar sus mejores armas en un campo de calles estrechas y greenes no demasiado grande en el que es clave mantener la bola recta desde el tee de salida.

42 de los 50 mejores del mundo están entre los participantes, aunque hay ausencias ilustres como la del citado Koepka, Tiger Woods, que ha decidido espaciar sus apariciones, Justin Rose o Phil Mickelson, vencedor hace dos años. De todas formas, el hombre a batir en Chapultepec es Dustin Johnson. El golfista de South Carolina ha ganado dos de las tres ediciones de ese WGC México, en 2017 y 2019, y en la otra fue séptimo. El año pasado sacó cinco golpes de ventaja a McIlroy y diez al trío que compartió la tercera posición. También hay que contar con Justin Thomas, actual líder de la FedEx Cup que en Chapultepec ha acabado dentro de los diez primeros en sus tres participaciones.