Con una mezcla de luz y geometría, el Museo Guggenheim abre sus puertas a Fracción de segundo, una exposición de Anthony McCall que promete desafiar la percepción de los visitantes. La última obra del artista británico tiene el objetivo de ofrecer una experiencia sensorial jugando con el espacio y el tiempo. “Es una ocasión muy especial para el museo, presentamos la obra de un artista pionero desde los años 70 en el uso de los nuevos medios artísticos, el cine expandido y en la videoinstalación. Es todo un privilegio”, señaló Juan Ignacio Vidarte, director del museo.

Esta exposición, disponible hasta el 10 de noviembre próximo ha llegado para celebrar el décimo aniversario del programa Film & Video. Desde su inauguración en 2014, la sala ha recogido obras que trataban de revolucionar el arte contemporáneo al fusionar tecnología de vanguardia con prácticas artísticas innovadoras. Durante esta década, en esta sección del museo se han expuesto icónicas obras de artistas como Christian Marclay, Ragnar Kjartansson, Pierre Huyghe, Diana Thater o Sharon Lockhart.

El trabajo de Anthony McCall es un testimonio de esta visión, presentando obras que no solo desafían las convenciones tradicionales del videoarte sino que también invitan a los espectadores a un mundo donde la luz se convierte en la protagonista.

Reflejos y proyecciones

La instalación ofrece una experiencia paradójica: por un lado, las imágenes tridimensionales de luz sólida parecen tangibles y permanentes; por otro, estas formas están en constante movimiento. La luz se proyecta a diferentes alturas, originando efectos elípticos y horizontales. “Es un gran ejemplo de la contaminación de lenguajes artísticos. En su trabajo confluyen experiencias espaciales que podríamos relacionar con el ámbito de la escultura y experiencias visuales que podrían estar relacionadas con el ámbito gráfico”, explicó Manuel Cirauqui, comisario de la exposición. Además, el artista utiliza la animación digital para hacer que las formas giren en el espacio, donde se funden para formar un dibujo lineal consistente en un campo de planos entrecruzados y en espiral.

En la antesala se puede visitar Miniatura en blanco y negro, que utiliza un proyector de diapositivas de carrusel de Kodak. Por otro lado, la exposición también cuenta con una serie de fotografías a gran escala que congelan el movimiento de la luz sólida.

Durante toda su trayectoria, McCall ha cuestionado el uso de la narrativa, el montaje y la manipulación de la luz en el cine convencional. Según el artista, en la exposición la luz tridimensional se convierte “en el medio para ayudar a comprender el espacio”. Además, el papel del visitante consiste en comprender que aspecto tendría una película si se tratase de una performance. “Esta obra es parte de una larga serie en la que llevo trabajando más de 50 años. Empecé centrándome en el cine, pero a lo largo de los años me ha interesado el elemento escultórico y el hecho de que el dibujo siempre esté involucrado”, señaló Anthony McCall. Su obra ha sido expuesta en numerosos en museos como o Whitney Museum of American Art, MMK, Kunsthaus Hamburger Banhoff o Hirshhorn Museum