La empresa Antonia Josten iniciará un proceso de selección para relevar al hasta ahora único Director General del Museo Guggenheim, Juan Ignacio Vidarte. Así lo ha afirmado esta mañana él mismo en una rueda de prensa que ha tenido lugar en el auditorio de la pinacoteca de la que se despedirá a finales de año. Eso sí, Vidarte sólo dirá adiós a la gestión. El bilbaino seguirá ligado a la institución en calidad de Director Emérito y continuará desempeñando labores consultivas desde el Patronato.
Con sede en Berlín, a la corporación le avala "una amplia experiencia internacional en la captación del personal directivo del sector artístico y cultural" y, de acuerdo con Vidarte, este mismo 3 de junio comenzará a trabajar para encontrar a la persona que le sustituya al frente de la dirección del gigante de titanio, un proceso que finalizará (presumiblemente) en otoño.
Aunque todavía es muy pronto para citar nombres concretos, existen rumores de que Miren Arzalluz –hija del que fuera presidente del Euskadi Buru Batzar del PNV y actual directora del Museo de la Moda de París– podría estar en la lista de candidatas para ser la próxima cara visible del centro de arte contemporáneo bilbaino.
El todavía Director General del museo –que anunció en la tarde de ayer, después de la celebración de la última reunión del Patronato, su decisión de hacerse a un lado– ha apuntado que, a su juicio, quien adquiera el puesto debe conocer cuál es la realidad socio-política "del país en el que va a desempeñar su labor". En ese sentido, ha aseverado que el Guggenheim "no sólo busca una persona que sea profesionalmente excelente, ya que los valores son importantes".
Una decisión meditada
Por otro lado, Vidarte ha reconocido que la decisión de dejar la dirección del Museo nace de un exhaustivo proceso de reflexión. "Esta es una decisión que yo vengo meditando durante mucho tiempo y que, por diversas circunstancias, —la pandemia— he retrasado", ha contado.
El Director General se muestra además convencido "de que ha llegado el momento de concluir un ciclo", una etapa que ha abarcado tres décadas más de lo que él preveía en un primer momento. "Cuando me pusieron al frente de la comisión gestora en 1991 no pensé que acabaría dirigiendo el museo", ha confesado Vidarte.
Las circunstancias en las que el museógrafo plantea su relevo son, a su juicio, las más idóneas. "El Museo se encuentra en un estado de salud extraordinario, con datos históricos de afluencia de visitantes (1.324.000 en el último año), de impacto económico (760 millones de euros en 2023), así como de apoyo, reconocimiento social e institucional y niveles de autofinanciación", ha apuntado.
Por otro lado, ha mostrado su agradecimiento a todas las personas, físicas y jurídicas, involucradas en la puesta en marcha del Museo y se ha felicitado por el trabajo hecho. Sin embargo, ha matizado que la felicitación no contiene "ni un ápice de soberbia", porque reconoce que su labor al frente del Guggenheim sólo ha sido una parte más de un mecanismo bien engrasado.