Al filo de la década de 1960, un océano de nuevas propuestas anegó la escena cultural anglosajona. Con el dinamismo económico y el galopante consumismo como telón de fondo, autores como el archiconocido Andy Warhol comenzaron a plasmar la cultura popular en sus obras. Inspirándose en anuncios, periódicos, neones, vallas publicitarias, cómics o escaparates, rompieron con las convenciones artísticas del momento y gestaron lo que hoy día se conoce como Arte Pop.
El Museo Guggenheim Bilbao, con el patrocinio de BBK, ha traído hasta la villa Signos y objetos. Arte Pop de la colección Guggenheim, una exposición compuesta por 40 obras clave de este movimiento, en la que los artistas de la generación warholiana dialogan con una selección contemporánea que recoge su legado. Podrá visitarse desde este mismo viernes hasta el 15 de septiembre.
Así lo ha explicado este jueves Lauren Hinkson, curadora del Solomon R Guggenheim Museum de Nueva York y comisaria de la exposición. “Es un diálogo entre el pasado y el presente del Arte Pop”, ha resumido. Para ella, este es un movimiento clave en la historia del arte, porque representa una “ruptura radical con la pintura tradicional de la posguerra de la II Guerra Mundial”. “De repente, la cultura popular se expone en las paredes de los museos y, de esta manera, la alta y la baja cultura colapsan”, ha contextualizado.
Signos y objetos
El gigante de titanio refleja la colisión entre la alta y la baja cultura que supone el Arte Pop a través de dos espacios diferenciados: 'Signos' y 'Objetos'. Así, la primera sala aúna algunas de las pinturas más representativas del movimiento como Grrrrrrrrrrr!!, firmada por Roy Lichtenstein. Según las comisarias de la exposición – las neoyorquinas Lauren Hinkson y Joan Young– en las obras de Liechtenstein pueden observarse varios elementos característicos del Pop Art como el humor, el ingenio y la ironía.
A menudo, se interpretan como una celebración desacomplejada de la cultura popular, aunque según Hinkson el Arte Pop también aborda esta cultura de las masas desde la crítica. "El Arte Pop es ambas cosas, crítica y celebración. Y eso es lo que hace que este movimiento mantenga su relevancia, ya que vivimos un momento en el que las celebrities son adoradas y criticadas a partes iguales", ha indicado
Otra de las señas de identidad del artista estadounidense es la simulación de los puntos de trama de impresión, que referencian las técnicas comerciales empleadas en los cómics y periódicos de su época. Esta técnica se refleja en otro de sus trabajos expuestos en el Museo Guggenheim Bilbao, La niña con una lágrima, técnica que también fue trabajada por Andy Warhol.
Warhol, que vaticinó el poder de la telerrealidad y de los medios de comunicación cuando predijo que que "en el futuro todo el mundo será famoso durante 15 minutos", es una de las figuras más representativas del Pop Art. En la exposición que aloja el Guggenheim podrán visitarse obras como Desastre naranja nº 5 o uno de los autorretratos que realizó poco antes de su fallecimiento en 1987. "Refleja la decadencia y tiene cierto aire espectral", ha dicho Joan Young refiriéndose al retrato en el que un Warhol verduzco flota sobre un fondo negro.
Los objetos del 'Pop art'
En la sala contigua, se alojan algunos de los objetos u obras escultóricas de artistas de las décadas de 1950 y 1960, que dialogan con otras producidas por artistas contemporáneos. El espacio se extiende hacia otras estancias del museo, donde se exponen piezas como Papá, Papá del controversial Maurizio Cattelan. Gestada en 2008 para la muestra colectiva theanyspacewhatever, consta de una fuente elíptica y una figura de Pinocho, que flota boca abajo. La escultura sugiere que el desventurado muñeco, a raíz de alguna travesura, ha acabado precipitándose al agua.
En el marco de 'Objetos', también puede visitarse la descomunal pieza Volante Suave, creada por Claes Oldenburg y Coosje Van Bruggen para reivindicar el museo como un espacio de ocio y entretenimiento.