La vida y la obra de Georges Seurat y Richard Serra tienen poco en común. Pero hay algo que les acerca, ambos artistas coinciden y destacan por haber trabajado el dibujo como un fin en sí mismo y haberlo llevado a nuevos niveles, dotándolo de unas características innovadoras y extrapolándolo a otros ámbitos de su obra.

El Museo Guggenheim presentará a partir del 9 de junio la exposición Serra/Seurat. Dibujos, que reúne una selección de 22 dibujos del maestro de finales del siglo XIX Georges Seurat, que a su vez dialogarán con los del escultor norteamericano Richard Serra, quien siempre se ha declarado gran admirador del creador francés.

La carrera de Seurat fue muy corta, de apenas 11 años. Nacido en París en 1859, murió en 1891, a los 31 años, a consecuencia de una infección respiratoria que le quitó la vida en tres días. Seurat tuvo una formación académica, en 1876 comenzó a estudiar dibujo con el escultor Justin Lequien en la Escuela Municipal de Escultura y Dibujo. Dos años después ingresó en la Escuela de Bellas Artes, estudios que interrumpió cuando fue llamado a realizar el servicio militar. Fue destinado a Brest, en Bretaña, y en su tiempo libre se dedicó a realizar dibujos del natural

En sus dibujos realizados en 1881, como Hombre acostado en un parapeto, La pareja o Mujer sentada, Seurat usó, aunque ya de forma muy libre, los recursos del contorno y del sombreado conseguido por medio del trazado de líneas paralelas. Pero pronto dejó de trabajar de esa forma y comenzó a componer sus dibujos con masas oscuras y vacíos.

Utilizó al máximo las cualidades del papel, variando la densidad del pigmento, de lo casi traslúcido a una oscuridad compacta, según la presión con que lo aplicó.

Para Seurat tenía especial importancia el soporte que utilizaba, el papel. En la mayoría de las ocasiones elige un papel francés hecho a mano, el Michallet, que se caracteriza por sus irregularidades, su textura pesada y sus ondulaciones o crestas, casi imperceptibles a la vista.

Georges Seurat es “un maestro iluminando tanto la oscuridad como la claridad, una labor si cabe más complicada ya que cuando el contraste es menor resulta más difícil conseguir ese efecto” y su uso casi puntillista del granulado del papel le permite en ocasiones trabajar “en negativo”, han indicado desde el Museo Guggenheim.

Sus dibujos fueron muy valorados por artistas de su época como Maximilien Luce, Vincent Van Gogh, o Paul Signac, quien en 1899 los describe como “los dibujos de pintor más bellos que existen”, y siguieron siéndolo por parte de artistas posteriores como Henri Matisse, Pablo Picasso, Henry Moore, Bridget Riley o el propio Serra.

serra, intenso El creador norteamericano Richard Serra es conocido sobre todo por sus esculturas monumentales, algunas de las cuales como la instalación La materia del tiempo habita las salas del Guggenheim Bilbao. Pero a pesar de su fama como escultor, Serra ha trabajado siempre en otros medios, especialmente vídeo y dibujos.

Serra, intenso

Una de las características del trabajo de Serra es su intensidad, de forma similar, sus dibujos también desprenden una profundidad e intensidad creadas por el uso de un paintstick negro (una mezcla de pigmento, óleo y cera) aplicado densamente sobre papel o tela.

Para el escultor el dibujo es la base de su trabajo, “no tanto por su carácter de instrumento de investigación preliminar, sino porque le permite la transcripción inmediata de una inquietud. En sus dibujos Ramble, serie que inicia en 2015, Serra, al igual que Seurat, se recrea en los materiales, como el papel japonés hecho a mano cuyo proceso de fabricación hace que las fibras generen diferentes “accidentes” y cada hoja sea distinta a los demás. Así, ningún Ramble es igual a otro, tanto por la manera en que el artista incide sobre el papel como por el modo en el que éste reacciona.

Como él mismo explica, “el dibujo es el espacio más directo y consciente en el que puedo trabajar. Puedo observar el proceso de principio a fin, y a veces mantener la concentración durante largo rato. Es reparador. Es una de las pocas circunstancias en la que puedo entender la fuente de mi trabajo”. Comisariada por Lucía Agirre, curator del Guggenheim Bilbao, y Judith Benhamou, Serra/Seurat. Dibujos se podrá ver en el Guggenheim hasta el 6 de septiembre.