Pierce Brosnan cumple sesenta años

Londres. La forma en que bebe el Martini. El omnipresente Aston Martin. Y su seña de identidad: Bond. James Bond. Desde hace medio siglo, toda una serie de clásicos del cine encarnaron al personaje de culto de Ian Fleming, pero pocos con tanto sex-appeal como Pierce Brosnan. Coronado en una ocasión como el hombre más sexy del mundo, el actor irlandés cumple hoy 60 años, apenas uno más que la primera novela del espía más famoso del mundo. Cuando Pierce Brendan Brosnan comenzó a estudiar en un atelier de arte a los 15 años, estaba muy lejos de soñar con su futura carrera como actor. "Era uno de los chicos (...) pero de alguna forma me sentía diferente", relató en una ocasión. "Todos mis amigos acabaron siendo pintores o fontaneros después de la escuela, pero yo me veía más como un artista". En 1971 dio sus primeros pasos en la interpretación en el Oval House Theatre de Londres, donde muy pronto descubrió su vocación. "Cuando descubrí la interpretación encontré como una especie de refugio (...) un santuario, el sentimiento de estar en casa...", explicó. Poco después llegaron las primeras ofertas para la pantalla y Brosnan actuó, entre otros, en la serie de televisión Murphey's Stoke, además de participar en el estreno de Red Devil Battery Sign, de Tennessee Williams. En 1982 logró dar el gran salto con la serie de detectives Remington Steele y poco después fue descubierto por Martin Campbell, quien después dirigiría GoldenEye. Aún así, debido a dificultades contractuales tuvieron que pasar otros nueve años hasta que Campbell pudo darle a Brosnan "licencia para matar". A partir de entonces, encarnó en cuatro ocasiones al agente 007 y en 2002 fue nombrado por ello miembro honorífico de la Orden del Imperio Británico. La vida del agente pasó entretanto por altos y bajos. Por un guiño del destino, en 1977 conoció a la chica Bond del momento, Cassandra Harris, con quien se casó. Cuando la actriz enfermó de un cáncer incurable, Brosnan volvió a pintar. "A veces, los momentos dramáticos de la vida influyen la forma en que uno se ve en el mundo", cuenta el actor en su web. Después, Brosnan volvió a casarse, con Keely Shaye. Además sigue pintando, pero sobre todo con fines benéficos: las ganancias de todas las obras que vende van a parar a las muchas organizaciones medioambientales y de derechos humanos que apoyan él y su esposa.