Dormir a pierna suelta es uno de los grandes desafíos de nuestro tiempo, un arte complejo habida cuenta de que el insomnio se abre camino en una sociedad a la que le cuesta cerrar los ojos y dejarse llevar. Incluso hay gente víctima de una palabra que lleva camino de ser la más repetida del presente 2025, fomo, que deriva de las siglas en inglés de “Fear of Missing Out”, que significa “miedo a perderse algo” o “miedo a quedarse fuera”. Es una sensación de ansiedad y temor que surge de la creencia de que otros están viviendo experiencias más emocionantes y de la necesidad de estar constantemente conectado a las redes sociales para no perderse nada. ¿Quién puede dormir así?

Les cuento todo esto recién llegado de la biblioteca de Bidebarrieta donde acaba de presentarse la última novela de Isaac Rosa, Las buenas noches, un relato que gira en torno al insomnio y las ganas –la necesidad, diría uno– de superarlo. El argumento se cuenta en un santiamén. Un día cualquiera, a altas horas de la madrugada, dos desconocidos se encuentran en el bar de un hotel. Solo tienen una cosa en común, un insomnio corrosivo y persistente. No tardarán en descubrir que el único remedio para sus malas noches es dormir juntos. Tras ese primer encuentro en el que por fin logran descansar inician una relación clandestina de inesperada intimidad que cambiará sus vidas.

A partir de una infidelidad en la que nada es lo que parece, Las buenas noches invita a un juego de miradas desde un insólito balcón. Porque solo observando nuestro sueño, o la falta del mismo, podemos preguntarnos si lo que nos mantiene despiertos es la causa o la consecuencia de un indudable malestar social.

Isaac Rosa brinda una original novela que refleja con nocturnidad y alevosía las heridas de un tiempo en el que el dormir se ha convertido en un objeto de deseo. Una lectura fascinante, que atrapa como un mal sueño, escrita con la extraña lucidez de una noche en vela. En la presentación de Bidebarrieta, donde Begoña Morán vigiló que todo fluyese y los libreros de Elkar Kepa Torrealdai y Nerea Monge se dispusieron a la venia, el escritor Harkaitz Cano le hizo los honores a Isaac de presentarlo. La conjunción de dos escritores, Isaac y Harkaitz, de mucho resplandor e ideas poderosas, fue una belleza en la astrología de las letras.

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El aforo fue ocupándose poco a poco. Las primeras en llegar fueron Tami Castillo y Nieves Gómez, con Gloria Urkidi mordiéndoles lo talones. No tardaron en aparecer Begoña Sánchez y Merche Peña, quienes coincidieron en la enroscada espiral de la escalinata con Lourdes Navarro. A la cita fueron sumándose Javi Madrazo, Isabel González, Nati Orte, Garbiñe Blanco; el escritor y profesor universitario gallego, Héctor Pose Porto, de Malpica de Bergantiños, quien llegó acompañado por Galder Reguera, quien acaba de presentar la XII edición del Thinking Football Film Festival, que trata de unir cine y fútbol a través de la Fundación Athletic y en el que estarán las leyendas Peter Reid y Sammy Lee, así como la embajadora del 125 aniversario, la palestina Honey Thaljieh; María Juárez, Iñigo Rianes, Itziar Zuazo, Jorge Ayuso, Menchu Contreras, Begoña San Miguel, Irune Mateos, Roberto Mier, Laura Ferrer, Izaskun Mendizabal, Begoña Olabarria, Elena Muguerza, José Luis Olmos, admirador de la prosa de Isaac, Aitor Ortega, Juan Carlos Muñoz, Daniel García y una serie de lectores y oyentes que disfrutaron de la presentación de una novela con la que uno apenas puede pegar ojo.

El anuncio de que en fechas próximas pasarán por la biblioteca de Bidebarrieta personalidades de la talla de Elsa Punset o Julio Llamazares, entre otras, fue acogido entre los asistentes con cierto recelo. “Van a colgar el cartel de aforo completo”, intuían algunos.