OINCIDIENDO con su décimo aniversario suministrando productos ecológicos, Artzentales-eko se ha sometido a su gran prueba de fuego para abastecer de alimentos frescos de temporada a domicilio. Cuando en enero los informativos retransmitían las impactantes imágenes del cerrojazo de Wuhan y hospitales que se levantaban en cuestión de días "lo veíamos desde la distancia". Después, "cuando el virus llegó a Italia empezamos a ponernos nerviosos y ahora pensamos: "¿cómo pudimos sacarlo adelante?", se pregunta Borja López, artífice de la explotación, satisfecho con el esfuerzo realizado.

No esconde que, al principio, cuando escaseaba el material, "pasamos miedo, salíamos con mascarillas que ya teníamos antes". El Consejo Regulador de Agricultura Ecológica les proporcionó unas pautas en relación al uso de bolsas o limpieza y desinfección de productos e instalaciones y se centraron en la distribución "mayoritariamente en Enkarterri con el fin de luchar por llegar a nuestra zona en la medida en la que pudiéramos", ya que "teníamos la comercialización justa para particulares". Con su bandera del producto de temporada, "en la época del confinamiento triunfaron los guisantes, patatas, cebollas y habas". El verano "es una época muy bonita y posiblemente más apetitosa, con tomate o pimiento", si bien "dentro de los lotes que se encargan apostamos por la variedad". En Artzentales-eko "planteamos las cestas para entregarse cada quince días, aunque hay quien prefiere una compra semanal" no exenta de incertidumbre "porque económicamente la verdura es compleja, no hay más que ver cómo le cuesta arrancar en las ferias".

Las repercusiones de la pandemia pueden haber abierto una ventana a la vida rural y así lo percibe también Borja: "Tengo amigos en inmobiliarias que me comentan que se están revalorizando las casas en zonas rurales. En Turtzioz, donde vivo, y en la finca del barrio Górgolas de Artzentales donde está la explotación, hemos tenido la gran suerte de poder pasar al aire libre todos los días en el confinamiento, no hemos sentido ese ahogo que pueda atenazar a una familia en un piso". Solo echan de menos "la vida social". "Habrá personas que aprovecharon el confinamiento para reflexionar sobre si esto puede marcar un punto de inflexión, pero pienso que en cuanto llegue una vacuna y se encuentre solución volveremos a lo de antes", elucubra sobre el futuro que aguarda en la época post-coronavirus.

Y eso que Artzentales-eko encaraba 2020 reforzado tras haber logrado ser finalista en la categoría agrícola de los premios a la excelencia que otorga Lorra, en los que la presencia de Enkarterri se amplió con la granja Maribel de Karrantza. Así fundamentaban el galardón: "Su principal objetivo radica en proveer de productos ecológicos certificados por el Consejo de agricultura ecológica de Euskadi aportando el valor añadido de la venta directa. Gestionan ocho hectáreas de terreno. Ofrecen más de 250 productos diferentes centrándose en productos muy demandados por la alta cocina como son el guisante de lágrima, cebolla morada de Zalla, tomate de distintas variedades, etc.". A lo que añadió su reconocimiento en julio como uno de los finalistas del galardón Enkarterri Open Lab, promovido desde Enkarterrialde.