Ni acotando espacios ni reduciendo el número de puestos ni vetando la venta de sidra y talo con chorizo. Ninguna fórmula resulta válida, en plena sexta ola de la pandemia, para celebrar la feria de Santo Tomás con garantías. Por ello, los ayuntamientos de Bilbao y Donostia han decidido no autorizar este año la organización de este tradicional evento atendiendo a las recomendaciones que recibieron ayer jueves por parte del Departamento de Salud de Gobierno vasco.

La decisión de suspender Santo Tomás por segundo año consecutivo se tomó, según explicó ayer jueves el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, "tras analizar la situación epidemiológica que tenemos ante nosotros" y que desaconseja su celebración "porque no podemos garantizar que no se generen aglomeraciones en el espacio público".

El alcalde lamentó haber tenido que adoptar esta decisión, tan difícil como necesaria en las actuales circunstancias. "Con gran pesar nos vemos en la obligación, por responsabilidad y precaución, de no autorizar la realización de un evento tan tradicional como Santo Tomás, evento que confiamos pueda celebrarse el año que viene", manifestó Aburto, quien señaló que "es el momento de la prudencia, la responsabilidad y el compromiso, tanto a nivel individual como colectivo. Necesitamos vencer a este virus entre todos y todas", subrayó.

Antes de hacer pública esta decisión, el alcalde de Bilbao se la comunicó al presidente de la Fundación BBK, entidad organizadora del evento, junto a la que habían barajado diferentes fórmulas para la celebración de Santo Tomás. "Hemos analizado diversas alternativas, que finalmente no son posibles, porque lo más aconsejable es la no celebración de la feria", reiteró."NI oportuno ni conveniente"

También el Ayuntamiento de Donostia, junto con Donostia Kultura y Donostiako Festak, tomó la decisión de suspender Santo Tomás debido a la "mala evolución de la situación sanitaria en la ciudad y el territorio". Según señalaron desde el consistorio donostiarra, el aumento de contagios y la situación tensionada de los hospitales y demás servicios sanitarios "hacen incompatible la celebración de una festividad que atrae a la ciudad a miles de personas".

La comisión técnica que asesora al LABI remitió una comunicación al Ayuntamiento en la que se recogían los datos epidemiológicos y las razones por las que no se consideraba "oportuno ni conveniente" organizar la feria, debido a "la acumulación de personas en los diferentes recintos, así como en los establecimientos de hostelería". Por ello, y tras recabar la opinión de las autoridades sanitarias, el Ayuntamiento optó, "desde un criterio de prudencia", por cancelar el evento.

El alcalde de Donostia, Eneko Goia, lamentó "de corazón" haber tenido que adoptar esta medida, "pero el sentido común y la prudencia aconsejan que pospongamos esta celebración". "Tomar la decisión de suspender la fiesta se hace duro. Pero es necesario y pertinente hacerlo en esta situación", remarcó.