Con la llegada del verano y el inicio de las vacaciones, muchos vizcainos y vizcainas aprovecharán para desconectar unos días lejos de casa. Mientras algunos se decantan por destinos populares y de moda, otros prefieren la aventura en lugares más remotos o exóticos.
Sea cual sea el tipo de viaje, lo cierto es que cada vez son más las personas que consideran imprescindible contar con un seguro de viaje como parte fundamental de la planificación. Sin embargo, todavía existe un porcentaje de viajeros que decide prescindir de este servicio, asumiendo así ciertos riesgos que podrían evitarse con una adecuada cobertura.
"Hoy en día, prácticamente el 100% de los viajeros contrata un seguro, salvo en casos puntuales como vuelos low cost u otros servicios individuales que no lo justifican. Pero en general, la mayoría lo incluye en su paquete y, además, cada vez hay más interés por conocer el detalle de la póliza y sus coberturas”, explica Olatz Areipio, de Viajes Ikea. De hecho, según el informe Radiografía de Seguros 2025, antes de la pandemia de COVID-19 tan sólo el 25% de los viajeros contrataba un seguro para sus desplazamientos. Esta cifra, no obstante, ha experimentado un crecimiento notable en los últimos años, impulsada por una mayor percepción del riesgo y la necesidad de protección ante posibles contratiempos.
Cambio de tendencia
El precio del seguro, que varía según el destino y el tipo de cobertura, sigue siendo un factor relevante, aunque ya no es el único criterio de decisión. En muchos países, como Estados Unidos, Tailandia, Vietnam, Japón o Argentina, contar con un seguro es obligatorio para poder ingresar como turista. Incluso en destinos europeos, donde la cobertura médica puede estar parcialmente garantizada, cada vez son más los viajeros que optan por contratar una póliza específica.
“En nuestro caso, un seguro para Europa puede rondar entre 80 y 90 euros, mientras que para destinos más lejanos como el sudeste asiático puede oscilar entre los 120 y 130 euros. Cuanto más lejos está el destino, mejor debe de ser el seguro”, detalla Areipio, quien también destaca que la tendencia ha evolucionado: “Antes los viajeros se fijaban más en el precio que en las coberturas, pero esa tendencia está cambiando”.
Además, hay perfiles de viajeros con necesidades especiales que requieren pólizas personalizadas. En estos casos, las agencias deben contactar directamente con las aseguradoras para verificar si es posible incluir ciertas condiciones o coberturas adicionales, adaptadas a cada caso. A esto se suma que algunas entidades financieras, como American Express o Visa, ofrecen seguros vinculados a sus tarjetas de crédito, lo que puede resultar útil en determinadas circunstancias.
No obstante, según advierte Areipio, estos servicios no siempre son tan accesibles en situaciones críticas: “Aunque tengas la cobertura que ofrecen las tarjetas, cuando sucede algo, contactar con alguien que realmente te atienda puede ser más complicado. En cambio, los seguros especializados en viajes suelen actuar con mayor eficacia y rapidez, que es precisamente lo que buscan los viajeros”.
La propia agente reconoce que, en algunas ocasiones, han surgido complicaciones a la hora de tramitar anulaciones o gestionar reembolsos. Esto pone de manifiesto la importancia de leer detenidamente los términos y condiciones de cada póliza antes de contratarla, para evitar malentendidos o frustraciones en caso de tener que hacer uso del seguro.