El aeropuerto de Bilbao ha dado el primer paso para convertir parte de la vieja terminal aérea que operaba en Sondika en un hangar que cobije a pequeños aviones y jets privados. Se trata de la licitación del arreglo de la techumbre del pabellón que la dirección de aeródromo tuvo que construir a inicios de la década de los años 90 del pasado siglo.

El concurso público prevé una inversión máxima de cerca de 130.000 euros de coste, con impuestos incluidos, que permitirán diversas acciones para asegurar la techumbre y solucionar los deterioros que ha causado el tiempo y la falta de mantenimiento habitual.

En concreto se procederá al montaje de nuevos canalones metálicos encima de los actuales, la sustitución de remates de coronación, así como el colocación de nuevas bandejas metálicas en la cubierta que eviten filtraciones de agua. Así mismo se sustituirán todos los cierres translúcidos que culminan la techumbre a dos aguas y que, como un gran lucernario longitudinal permiten, que entre iluminación natural a la gran estancia.

Y es que son aproximadamente 2.800 metros cuadrados de superficie los que suma este edificio que cuando se diseñó sin ningún tipo de pilar en medio ya se pensaba en su conversión en hangar para aeronaves. Los aviones no podrán ser grandes, como los que operan en la terminal de Loiu, pero sí podrá albergar a pequeñas aeronaves comerciales o jets privados que son los que habitualmente estacionan en esta parte sur de las instalaciones del aeropuerto de Bilbao.

Esta construcción se tuvo que habilitar justo al lado de la vieja terminal de Sondika como consecuencia del aumento de pasajeros que ya se estaba registrando entonces y que supuso que se quedaran pequeñas las instalaciones del edificio principal. Cuando se inauguró este pabellón se convirtió en la zona de Salidas del aeropuerto con dos puertas de acceso a las pistas mientras que el edificio inicial quedó solo como zona de Llegadas de pasajeros. Una operativa que se prolongó muy poco en el tiempo debido a que en esos momentos ya estaba en construcción la nueva terminal diseñada por Santiago Calatrava, la cual entró en servicio en noviembre del año 2000. Desde entonces las instalaciones de la plataforma sur del aeropuerto de Bilbao quedaron en el ostracismo. De hecho, en la actualidad, tiene totalmente tapiadas sus entradas para evitar que entren okupas o amigos de lo ajeno. De todas formas siempre se ha querido dar algún uso a este complejo de edificios aunque nunca ha cuajado ningún proyecto, hasta ahora.