Rana Mahmoud es profesora en el Hospital Infantil de la Universidad Ain Sham, en El Cairo, y desde 2013 investiga en el campo de la endocrinología pediátrica. Centra su trabajo en el estudio de los trastornos del desarrollo sexual, ya que, asegura, es una especialidad "desafiante" debido a los recursos limitados que se dedican a tales enfermedades en Egipto. La investigadora egipcia participó en la tercera edición del programa Ellas investigan con una beca en BioCruces Bizkaia Health Research InstituteEllas investigan, donde estudió la aplicación de métodos diagnósticos y terapéuticos nuevos y avanzados en pacientes con trastornos de diferenciación sexual. Ahora se une a una investigación sobre la genética de los adenomas pituitarios. En su carrera ha tenido la suerte de contar con el apoyo de su familia, algo que reconoce que no siempre es habitual en Egipto. "En mi país hay quien piensa que trabajar muchas horas no es conveniente para las mujeres", reconoce. De su estancia en BioCruces Bizkaia espera ampliar sus conocimientos y poder abrir una canal de intercambio de datos científicos entre el instituto y su universidad.

¿Qué le impulsó a estudiar Medicina y a especializarse en trastornos del desarrollo sexual?

—Siempre he amado la biología y la ciencia desde que era niña. Mi hermana mayor también es doctora y me animó. A medida que crecía, sabía que debía centrarme en nuevas líneas de investigación, especialmente para enfermedades crónicas sin cura definitiva. Los trastornos del desarrollo sexual es una especialidad desafiante en endocrinología porque se necesita un diagnóstico rápido lo antes posible para evitar las consecuencias de los cambios de género, que si ocurren más adelante en la vida pueden someter al niño y su familia a la estigmatización.

¿En qué centra ahora su investigación?

—Me he unido a una investigación que estudia la genética de los adenomas pituitarios.

¿Qué espera de su experiencia en BioCruces Bizkaia?

—Espero capacidades de investigación más talentosas y una colaboración continua más importante entre BioCruces Bizkaia y mi universidad, abriendo un canal de intercambio de datos científicos que ayudaría a los pacientes en Egipto.

¿Cuáles han sido los principales desafíos a los que se ha enfrentado como mujer durante su carrera profesional?

—El mayor desafío llega cuando quiero continuar estudios de posdoctorado en otro país, ya que no es habitual que las mujeres vivan solas y sean completamente independientes en mi país.

¿Qué le parece el programa 'Ellas investigan', ideado para apoyar a investigadoras africanas como usted?

—Este proyecto es una idea magnífica, ya que a las mujeres africanas les resulta muy complicado llevar a cabo estudios de carreras superiores o técnicas, pero todo va mejorando y no hay que olvidar la importancia que ha tenido África en la ciencia.

¿Qué planes de futuro tiene después de BioCruces Bizkaia?

—Después de terminar esta investigación, he planeado ya con mi supervisor, el profesor Luis, comenzar una nueva investigación, con suerte, para finales de este año. También tengo la intención de transferir esta experiencia a mis colegas.

"Espero una colaboración continua más importante entre BioCruces y mi universidad, abriendo un canal de intercambio de datos científicos que ayudaría a los pacientes en Egipto"