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Marcelinho Huertas es infinito

El brasileño, cerca de los 42 años, está haciendo el mejor baloncesto de una carrera que empezó a brillar en Bilbao

Marcelinho Huertas es infinitoACBPHOTO/DAVID GRAU

El secreto de la longevidad de Marcelinho Huertas es algo que debería ser de estudio prioritario para la ciencia médica deportiva. Si el rendimiento de LeBron James en la NBA también resulta sorprendente, el del base brasileño lo es aún más. Él asegura que solo trata de cuidar su cuerpo y que le ayuda el conocimiento del juego y de sus diferentes ritmos, pero a un par de meses de cumplir los 42 años, Huertas está haciendo los mejores números de su carrera en su decimooctava temporada en la Liga Endesa. Valga el dato de que en la temporada 2007-08 militó en el Bilbao Basket y promedió 14,5 puntos y 4,1 asistencias para ser incluido en el mejor quinteto de la temporada. Pues bien, en el presente curso está en 14,6 puntos y 7,1 asistencias.

El base paulista llegó a Tenerife con 36 años en lo que muchos interpretaron como una etapa breve en la que agotar sus últimos años. Pero Huertas cumple ya seis temporadas a las órdenes, otra vez, de Txus Vidorreta y le queda al menos otra más con lo que el cuadro insular es ya en el que más tiempo ha estado en una carrera que le ha visto jugar, además, en el Joventut, el Baskonia, el Barça y los Lakers en la NBA y que ya suma 681 partidos en la Liga Endesa, de la que es el máximo asistente histórico con 3.113 pases de canasta para los muchos compañeros que ha tenido.

“Conectamos muy rápido y ya se veía que su carrera iba a ir para arriba”, asegura Vidorreta, que exprimió esa campaña de Huertas en el Bilbao Basket. Doce años después, sus caminos volvieron a encontrarse en Tenerife “y me alegro de haber sido insistente para traerle”, comenta el técnico de Indautxu para el podcast oficial del club insular, “porque está haciendo el mejor baloncesto de su vida”. La comunicación entre los dos es fluida ya que “él sabe lo que yo quiero y yo sé el espacio que él necesita para rendir y así todo es más sencillo”.

Con esa comunicación entre entrenador y base, el Tenerife y Marcelinho Huertas han hecho un arte del juego de bloqueo directo en el que encuentra todas las salidas y todas las soluciones. Shermadini y Guerra tienen ahora mucho que agradecer a un jugador que va a retirar a unos cuantos compañeros más porque parece infinito en su sabiduría y resistencia.