El Bilbao Basket sigue invicto y avanzando rondas en la FIBA Europe Cup. Ayer venció de nuevo al Sassari y aseguró su pase a los cuartos de final en otro duelo sin brillantez que estuvo marcado por las importantes novedades que suponía la presencia en la convocatoria de Omar Silverio y Bassala Bagayoko, que fueron ovacionados en la presentación de los equipos. Ambos realizaron un exigente trabajo específico y en solitario bastante antes de que empezara el partido. En el caso del joven maliense, tenía sentido porque, aunque el público coreó su nombre en los minutos finales, no estaba prevista su participación en el partido por indicaciones de los médicos y los preparadores físicos, que aún consideran prematura la reaparición de un jugador que lleva más de dos años sin jugar “y sin hacer una rueda de calentamiento”. “Estoy deseando ponerle, pero cuando me den permiso”, aclaró Jaume Ponsarnau.
En el caso de Omar Silverio, la expectación era grande porque había un escaso conocimiento de él entre los aficionados del Bilbao Basket y porque se espera que aporte en aquello que le sigue faltando en la faceta ofensiva, que es sumar puntos en ataque sin necesidad de tener que elaborar las jugadas al extremo. El escolta dominicano entró en cancha en el inicio del segundo cuarto y se le vio algo perdido y tímido. Su primera acción fue encontrar a Domínguez para un triple liberado que el gaditano falló. En la siguiente oportunidad, el dominicano buscó para sí mismo y recibió una falta cuando se disponía a lanzar un triple. Anotó los tres tiros libres y logró sus primeros puntos como hombre de negro entre el aplauso de Miribilla. Con el juego lanzado y con el ataque bilbaíno algo trabado por la defensa del Sassari, se notó su falta de acoplamiento y cerró su primera rotación de cinco minutos con tres puntos y tres pérdidas de balón. Salió con 20-14 y se sentó con 29-25.
En la segunda parte, regresó a la cancha a falta de 4:20 después de que un tiro libre de Dragic pusiera el 52-42. Cometió una pérdida al entender mal un movimiento de un compañero, pero reaccionó con su primer triple, el único que anotó en seis lanzamientos. Después, al inicio del último cuarto anotó con un bonito aro pasado que dejó su cuenta en ocho puntos, tres rebotes y una asistencia, además de esas cuatro pérdidas citadas. Varios de sus lanzamientos se quedaron cortos y Silverio lo justificó en Radio Popular porque “me fallaban las piernas después del viaje y los entrenamientos de estos días”. Al menos, no quiso hacer más de lo que tocaba y Ponsarnau valoró también su esfuerzo defensivo, una labor en la que no desentonó y que puede ser un extra con el que no se contaba a la hora de ficharle.
Poco a poco llegará el encaje del dominicano en el equipo, lo que hará que el resto de las piezas actúen con normalidad. Ayer era un día de pruebas, como usar unos minutos a Abdur-Rahkman de base, y de asegurar la victoria que vuelve a poner al Bilbao Basket entre los ocho mejores de la FIBA Europe Cup. Omar Silverio puede ser un jugador importante en lo que queda de competición, sobre todo si consigue que los hombres de negro no se dejen tantos puntos por el camino a partir de marzo cuando llegarán las eliminatorias a ida y vuelta.