El Bilbao Basket, con sabor agridulce en la FIBA Europe
El Bilbao Basket cumple el objetivo de seguir invicto en la FIBA Europe Cup tras un partido que no deja plenamente satisfecho a nadie por el rendimiento de la segunda parte y la lesión de Harald Frey que amargó el tramo final
Un sabor agridulce quedó ayer miércoles en Miribilla porque el Bilbao Basket cumplió con su objetivo de seguir invicto en Europa, pero lo hizo tras un partido de dos caras: una muy buena primera parte y una muy mala segunda. El enfado de Jaume Ponsarnauestaba justificado, pero también Eric Girard, el técnico del Le Portal, aseguró que el rendimiento de su equipo antes del descanso había sido “inadmisible”. Así que el de ayer fue uno de esos encuentros que no deja completamente satisfecho a nadie, aunque los bilbaínos deben apuntarse en su debe la manera en que se complicaron, un poco, la vida de forma inesperada.
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Lo que apuntaba a ser una paliza acabó en una victoria sin demasiado brillo que, en todo caso, sitúa a los hombres de negro muy cerca de las eliminatorias de los ocho mejores de la FIBA Europe Cup, algo que podría confirmar la próxima semana ante el Sassari en el tercer partido consecutivo de esta competición en Miribilla. Habrá que dar por bien empleado el esfuerzo de ayer dado que el Bilbao Basket tuvo que afrontar el choque sin Kristian Kullamae ni Tomasz Gielo y se quedó, quién sabe por cuánto tiempo, sin Harald Frey a apenas dos minutos del final por otro esguince de tobillo tras caer en mala posición. Esto es lo peor cuando se suceden los partidos, que apenas hay tiempo para la recuperación, y el domingo llega a Bilbao un Unicaja que ha podido tomarse un respiro esta semana de sus compromisos europeos.
Tener siquiera cinco minutos malos se puede pagar muy caro en la Liga Endesa y, en ese sentido, el Bilbao Basket recibió ayer un serio toque de atención, por si era necesario. Hasta ahora, sus partidos en Europa, sobre todo en casa, habían sido resueltos con solvencia y quizás eso llevó a los jugadores de Ponsarnau a pensar que el asunto estaba solucionado tras los primeros veinte minutos ante un rival que, hasta entonces, había demostrado bien poco. Los francesas llevaban un par de semanas sin competir y, probablemente, lo acusaron en la primera mitad. Sin embargo, su reacción pilló a los locales pensando ya en el siguiente partido. Los galos elevaron el listón físico, la caída de tensión hizo encadenar errores a los hombres de negro, tanto en la construcción del juego como en la definición, y el Le Portal empezó a acercarse poco a poco, sumando muchos puntos a partir del rebote ofensivo y de los muchos tiros libres que rascó con su propuesta, que no debió sorprender porque es seña de identidad de la mayoría de equipos de ese país.
En el bando local, apenas Melwin Pantzar, Xavi Rabaseda y Amar Sylla eran capaces de responder en un partido mucho más trabado y exigente, aunque la sangre no llegó finalmente el río y el Bilbao Basket logró amarrar la victoria, que era lo prioritario. No obstante, una extraña sensación acompañó toda la segunda parte ya que el equipo pasó de mostrarse muy superior a parecer vulnerable, a sentirse incómodo en un partido que no pasará a los anales, pero sí debe servir para recordar los aspectos básicos del juego antes de correr un tupido velo. Ha habido días mejores, aunque el Bilbao Basket se mantiene invicto en la FIBA Europe Cup y “será el primero del grupo”, según el entrenador del Le Portel.