Tres minutos finales de tiempo reglamentario horribles, en los que prácticamente no dio una a derechas, dejaron al Surne Bilbao Basket sin victoria en Murcia, fulminado en una prórroga (89-83) a la que nunca debió llegar a poco, muy poco, que hubiese hecho las cosas mejor en esos momentos de la verdad, cuando parecía que acariciaba ya la victoria con un 67-75. Pero en esa fase de partido los de Jaume Ponsarnau, demasiado tiernos y timoratos, tiraron por la borda todo lo bueno realizado hasta entonces, que fue muchísimo, para regalar la vida a un rival que aprovechó las desgracias ajenas.
En esos tres minutos, el equipo vizcaino, enérgico, descarado, fluido y vertical hasta entonces, se apagó por completo en ataque. Abusó demasiado del bote, se limitó a encadenar posesiones resueltas con tiros agónicos al límite de la posesión, cometió alguna falta evitable y puso alfombra roja a la remontada rival. E incluso así tuvo el partido en su mano hasta el final, pero dos tiros libres fallados por Harald Frey -a 33 segundos del final con 73-75- y Melwin Pantzar -con 75-76 a falta de ocho, con Marvin Jones errando también el palmeo en el rebote a un palmo del aro- fueron la guinda a la hecatombe. Jonah Radebaugh envió el partido a la prórroga y ya no hubo historia.
Así, los hombres de negro no fueron capaces de alargar su gran arranque de curso, aunque durante 37 minutos hicieron muchísimo para lograrlo. Se recuperaron de una desventaja de 12 puntos en el primer cuarto y con una gran defensa y un trabajo ofensivo magnífico, con baloncesto de altísimos quilates durante muchos minutos con Muhammad-Ali Abdur-Rahkman y Jones como principales ejecutores, llegaron a tener esa renta a favor (59-71) a 5:51 del final. Ahí, los de Sito Alonso quemaron sus naves y elevaron su intensidad defensiva hasta el límite. Pero incluso así el 67-75 a tres minutos del final con una retaguardia sólida seguía siendo válido, pero el desplome fue brutal, aprovechado por Dylan Ennis y Rodions Kurucs para voltear la situación, con Moussa Diagné, alistado por las cinco faltas de Marko Todorovic, aportando pimienta y efusividad.
A REMOLQUE
El UCAM Murcia, con tres jugadores por encima de 2,03 en su quinteto inicial, sacó petróleo en sus cuatro primeros ataques activando a Kurucs, Vladimir Brodziansky y Simon Birgander en las distancias cortas. Los visitantes intentaron no desengancharse, pero cuando el letón, jugando de alero, sumó dos triples seguidos a su cosecha empezaron los problemas. Los de Ponsarnau se quedaron anclados en los cinco puntos anotados mientras su rival hacía camino. El tempranero 22-10 era un problemón, pero dos triples seguidos de Tomasz Gielo rescataron a los hombres de negro, que cerraron el primer cuarto con un asumible 22-16.
El Surne Bilbao Basket, con mucho mayor aplomo en cancha y sacando faltas constantes a su rival, logró darle la vuelta al marcador (24-27) con un triple de Pantzar. Alonso llamó a capítulo a los suyos tras el 2-17 encajado, volvió a apostar por percutir con Kurucs sobre Xavi Rabaseda y el Murcia volvió a encontrarse mucho más cómodo en cancha (36-32). El conjunto vizcaino parecía caminar sobre el alambre, aunque llegó al ecuador de la cita sin ceder demasiado terreno: 42-38.
GRAN TRABAJO
En la reanudación, el Surne Bilbao Basket explotó un par de acciones de robo y canasta a la contra y el buen hacer de Tryggvi Hlinason para volver a ponerse por delante y cuando Abdur-Rahkman engatilló un triple para el 45-51 tras un parcial de 3-13 el banquillo murciano paró la contienda. Con canastas sencillas tras cortes hacia canasta y un Abdur-Rahkman magnífico en ambos aros, los de Ponsarnau se gustaban (48-57). El Murcia endureció su defensa y al conjunto vizcaino le faltó algo más de templanza, pero su esfuerzo en retaguardia fue magnífico y le permitió llegar a los diez minutos finales con un buen 55-61.
A los de Sito Alonso no les quedaba más remedio que llevar a a ebullición su defensa, con mucho uso de manos, y el Surne Bilbao Basket parecía titubear. Con una falta en ataque de Amar Sylla y tres pérdidas seguidas, los anfitriones amenazaron con equilibrar pronto el luminoso. Evitó el sorpasso Abdur-Rahkman con cinco puntos seguidos y el conjunto vizcaino recuperó la compostura. Con dos tiros libres de Thijs De Ridder y un triple de Zoran Dragic, el 59-71 a 5:51 era extraordinario. En un minuto el choque cambió, pues se pasó a un más inquietante 65-71 tras una pérdida subiendo la bola y una bandeja fallada por el esloveno cuando estaba solo. Pero el 67-75 a tres minutos de la última bocina seguía siendo un tesoro que lamentablemente los visitantes no supieron mantener a buen recaudó, poniendo lamentablemente demasiado de su parte para perder.