En los últimos quince días, el Surne Bilbao Basket ha firmado en Miribilla dos victorias de gran prestigio y enorme mérito ante Valencia Basket y Real Madrid que le han impulsado de manera definitiva para distanciarse de una lucha por la permanencia que en la presente temporada se prevé encarnizada a más no poder, pero, por contra, ha sufrido dos derrotas a domicilio en Fuenlabrada y Gran Canaria en los que los 'hombres de negro' no estuvieron demasiado acertados, lo que le ha alejado de la posibilidad de meterse de lleno en la lucha por la octava plaza, algo que habría sido poco menos que un sueño y un bonito reto por el que pugnar en las cinco jornadas restantes de temporada regular.

Lo que le ha ocurrido al conjunto vizcaino en sus dos últimos desplazamientos entra dentro de la lógica, ya que gestionar finales de encuentros apretados como visitante acostumbra a entrañar una mayor dificultad que hacerlo en cancha propia. Les ocurre a la mayoría de los equipos y el que dirige Álex Mumbrú no es una excepción. En esos minutos finales con marcadores igualados influyen, evidentemente, factores como la calidad individual y la grupal, la experiencia de los jugadores y los entrenadores, el acierto puntual..., pero también los ambientales, que impulsan a los anfitriones, atenazan a los visitantes y pueden incluso llegar a afectar a los árbitros. En la presente temporada, doce de los 29 encuentros disputados por el conjunto vizcaino se han resuelto por seis puntos o menos, siete en casa y cinco fuera. El balance en el Bilbao Arena es de 6-1; en cancha rival, 1-4.

LÓGICA DESIGUALDAD

El notable balance total que luce el Surne Bilbao Basket en casa a estas alturas avanzadas de curso, con diez victorias y solo cuatro derrotas, ha llegado impulsado por la capacidad del equipo de Mumbrú a la hora de gestionar finales apretados, con el plus añadido de que muchos de ellos se produjeron ante los equipos que actualmente ocupan la parte baja de la clasificación. En esas circunstancias, los 'hombres de negro' hicieron hincar la rodilla en Miribilla a Urbas Fuenlabrada (85-80), Hereda San Pablo Burgos (87-81), Monbus Obradoiro (80-76), Unicaja (83-77), Morabanc Andorra (74-71) y Valencia Basket (84-78). Por contra, perdió por 71-77 contra el Joventut, aunque en ese duelo los verdinegros llegaron con el resultado bastante encarrilado a los últimos compases (65-75 a 2:15 del final).

La única victoria bilbaina a domicilio en duelos resueltos por seis o menos puntos llegó en la cancha del Obradoiro (91-96), mientras que en Badalona (85-79) y Murcia (92-87), en los primeros compases de la temporada, y en Fuenlabrada (87-82) y en Gran Canaria (88-86), en las dos últimas salidas, el resultado fue adverso. En la cita contra los de Josep María Raventós, los 'hombres de negro' mandaban por 74-78 a 1:50 del final antes de encadenar diversos errores, encajar un parcial de 9-0 y acabar perdiendo. Ayer domingo, el 83-84 dentro de los últimos dos minutos tampoco fue suficiente ya que, además, los visitantes ni siquiera llegaron a tirar a canasta en un ataque final que podía haber supuesto la prórroga o incluso el triunfo.

“Nos ha faltado un pelín de oficio en los últimos instantes, cuando cometimos demasiados errores”, reconoció Mumbrú a la conclusión de esa cita, unas declaraciones parecidas a las realizadas en anteriores situaciones similares. Y es que a esa relación de partidos que se le han escurrido entre los dedos al conjunto vizcaino fuera de casa se le podría añadir algún otro resuelto también en los compases finales, con especial mención al tan analizado partido de Burgos resuelto tras prórroga (104-97) cuando los visitantes mandaban por 61-76 a menos de seis minutos y medio del final. Sacar adelante a domicilio ese tipo de compromisos es lo que muchas veces permite a un equipo aspirar a metas más elevadas de las previstas inicialmente. Al conjunto vizcaino le ha faltado este curso esa guinda para el pastel, pero su magnífico balance como local le permite vivir en posición desahogada este final de ejercicio, lejos de la encarnizada lucha por la supervivencia. Ese es su gran objetivo y lo ha cumplido con creces.