Las pérdidas de balón, demasiadas y muchas de ellas evitables, han frustrado este domingo al Surne Bilbao Basket en su visita al Gran Canaria y le han impedido arrancar una victoria que le hubiese mantenido enchufado a ese sueño de pugnar por la octava plaza con cinco duelos todavía por disputarse. En un encuentro muy igualado, los ‘hombres de negro’ han extraviado hasta 19 balones, los de Porfi Fisac han fabricado 15 puntos aprovechando esta circunstancia y en el 88-86 final esta faceta del juego ha tenido una incidencia capital. Y es que con ese resultado en el luminoso, Dylan Ennis ha fallado dos tiros libres y los visitantes han tenido la última bola para enviar el duelo a la prórroga o buscar el triple ganador. Andrew Goudelock, fantástico en la matinal insular con 26 puntos y un extraordinario 7 de 8 en triples, ha cogido la bola, pero se ha quedado encerrado en campo rival por el dos contra uno de John Shurna y el propio Ennis y su pase forzado a Gytis Masiulis lo ha acabado embolsando Andrew Albicy para asegurar que el marcador ya no sufriera cambios.

Los de Álex Mumbrú han regalado demasiado y eso, como ocurrió en Fuenlabrada, se paga caro fuera de casa. Su acierto global desde la línea de 6,75, un 50% (15 de 30) que en el acto final ha descendido bastante, ha sido un soporte fantástico sobre el que dar continuidad a los recientes éxitos cosechados ante Valencia Basket y Real Madrid, pero entre imprecisiones tanto en ataque como en defensa y, sobre todo, las pérdidas, con el Gran Canaria pudiendo correr gracias a ellas, han impedido un mayor control de la situación.

El 65-70 a diez minutos del final ha durado un abrir y cerrar de ojos y tras llegar con un 81-82 a 3:45 del final los tiros han dejado de entrar. Álex Reyes ha fallado dos triples con ese resultado y Jonathan Rousselle otro, A.J. Slaughter se ha activado en el bando contrario (86-84) y la resolución del duelo ha pasado a ser un cara o cruz. Goudelock ha metido dos tiros libres, Ennis le ha emulado después de que Slaughter, por pura fe, capturara un rebote de ataque tras fallo propio en el tiro exterior y con 34 segundos por jugarse, y un 88-86, Ludde Hakanson, notable hasta entonces, no ha acertado con un lanzamiento de media distancia bien punteado por Shurna. Ennis ha dado vida desde la línea de castigo a los ‘hombres de negro’, pero la jugada final ha sido el resumen perfecto del gran problema que ha frustrado durante toda la contienda a los de Mumbrú.

INTERCAMBIO DE GOLPES

Pese a que la contienda arrancó con tres pérdidas del Surne Bilbao Basket en el minuto y medio inicial, el tremendo acierto de Goudelock desde la larga distancia le permitió que suyas fueran las primeras ventajas. La ‘Mini-Mamba’ se activó con tres triples en apenas cuatro minutos y medio, pero el problema para los visitantes radicó en qué le faltó acompañamiento. El Gran Canaria, por su parte, se puso en marcha más multidisciplinar. Ennis, Pustovyi y Shurna aportaron puntos y aprovecharon las pérdidas rivales y el 11-13 se convirtió muy rápido en un 18-13. El toque de atención de Mumbrú en forma de tiempo muerto surtió efecto. La segunda unidad bilbaina repartió mejor sus galones ofensivos, dio también un paso al frente en defensa y el primer acto se clausuró con un empate a 23 puntos.

El partido cayó en una fase fugaz de desatino. Los ‘hombres de negro’ solo anotaron un tiro libre en los primeros cuatro minutos del segundo cuarto y los de Fisac, que tampoco funcionaban demasiado fluidos, aprovecharon para abrir una pequeña brecha de cinco puntos. Damien Inglis, como tantas otras veces, salió al rescate de los suyos. Dos triples seguidos del francés, uno de ellos a tabla en el último segundo de la posesión, y otros tantos tiros libres le dieron la vuelta a la tortilla (31-32) a 4:50 del descanso. Los visitantes intentaron aprovechar su notable acierto desde la línea de 6,75 (Rafa Luz, Goudelock y, sobre todo, Hakanson en acciones individuales) para llegar en ventaja al ecuador de la contienda, pero sus problemas a la hora de anotar cerca del aro ante cuerpos grandes como los grancanarios y sus imprecisiones (pérdidas en ataque, faltas evitables que regalaron demasiados tiros libres en defensa) dejaron la situación en un 47-46 que dejaba absolutamente todo abierto.

SIN GOLPE DE GRACIA

Contra el magnífico 10 de 18 de los visitantes desde más allá de la línea de 6,75 (55%), los anfitriones oponían un 16 de 23 (69%) en las distancias cortas e intermedias. A los de Mumbrú les pesaban mucho los balones perdidos y la dinámica en este sentido se mantuvo. El tercer cuarto amaneció con dos balones robados de Ennis, uno de ellos para finalizar en mate, otra bola extraviada por los ‘hombres de negro’ acabó en triple de Andrew Albicy… Demasiados regalos de un equipo al que esta faceta del juego amenazaba con estropear lo mucho bueno que estaba haciendo sobre la cancha. Pese a todo, el Surne Bilbao Basket no solo se agarró al partido, sino que seis puntos seguidos de Goudelock y su tremenda puntería en el triple (5 de 7 en el tercer cuarto) estuvieron a punto de permitirle poner pies en polvorosa en el marcador. Shurna y Ennis encabezaron la resistencia local, pero Rousselle y la ‘Mini-Mamba’ fabricaron un colchón de seis puntos que no fue todavía mayor por las pérdidas y los errores en las lecturas en varias situaciones del juego.

El 65-70 a diez minutos del final era, pese a todo, un resultado más que esperanzador, aunque duró demasiado poco. Pronto quedó claro que la resolución iba a ser no apta para cardiacos y, en ese ecosistema, al Surne Bilbao Basket le falló demasiado el pulso. No perdió pie cuando fue el rival el que golpeó, pero le faltó acierto y mejor lectura de juego cada vez que pudo abrir brecha. Finalmente la moneda cayó del lado canario pese a que la última bola fue visitante y el conjunto vizcaino se queda en tierra.