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Ramalho, el jugador que rompió barreras

Se cumplen catorce años del debut con el Athletic del defensa vizcaino, primer león de raza negra y actual futbolista del Olympic Charleroi

Ramalho, el jugador que rompió barrerasOLYMPIC CHARLEROI

El tiempo corre, vuela, pero Jonás Ramalho (Barakaldo, 10 de junio de 1993) mantiene grabado a fuego en la retina lo vivido tal día como hoy hace ya catorce años. Corría el 20 de noviembre de 2011 cuando aquel prometedor central formado en Lezama desde categoría alevín consumaba su debut como león en partido oficial de la mano de Marcelo Bielsa. Ingresó en el terreno de juego en el minuto 87 en sustitución de Iñigo Pérez para acabar de sellar la victoria por 1-2 ante el Sevilla en el Ramón Sánchez Pizjuán en liga un exultante Ramalho, quien se convirtió en el primer jugador negro en estrenarse como rojiblanco.

“Lo llevo con mucho orgullo”, reconoce en una videoconferencia con DEIA el futbolista criado en Romo, de padre angoleño y madre vizcaina, y que milita actualmente en el Olympic Charleroi de la Segunda División de Bélgica, desde donde echa la vista atrás y agrega que “haber tirado esa barrera siendo el primer jugador de raza negra en jugar en el Athletic es un orgullo que nunca voy a olvidar”. “A nivel personal me hace también muy feliz que ahora haya jugadores como Iñaki, Nico, Adama y otros que han pasado por la primera plantilla y se vea con tanta naturalidad. Que yo fuese el primero quizás ayudó a abrir esa puerta y que, a día de hoy este tema, que antiguamente era tan tabú, se tome con tanta naturalidad”, agrega Ramalho, quien asegura que “siempre me sentí muy acogido por el club y por la afición, que parecía que quería que ese suceso pasase”.

Y pasó, pero el sueño de Ramalho duró menos de lo que hubiera deseado, pues después de jugar 13 partidos en sus dos temporadas como león, cesión al Girona y grave lesión de rodilla mediante, se vio abocado a abandonar la disciplina rojiblanca en el verano de 2016 para enrolarse definitivamente en el conjunto gerundense, donde se convirtió en un auténtico referente al acumular siete temporadas y media en la entidad antes de poner rumbo a Osasuna (2021) y Málaga (2022), donde sufrió un inesperado descenso a Primera Federación. “Después de salir del Athletic pensaba en hacer fuera el mejor papel posible con la ilusión de volver algún día. Me ha quedado esa espinita de no tener más continuidad y participación en el Athletic, pero así es el fútbol y hay que saber adaptarse”, asume Ramalho.

Ramalho comparte vestuario en el equipo belga con otro exrojiblanco como Iago Herrerín, referentes ambos en la caseta

El vizcaino sigue de cerca al club rojiblanco, incluso en sus últimas experiencias previas a Bélgica en Arabia Saudí, Baréin y Kuwait. Supe reponerme de aquella grave lesión de rodilla que tuve en el Girona en 2015, la cual frenó la proyección ascendente que llevaba como futbolista, y después de volver al Girona, hacer historia en el club y jugar en Osasuna y Málaga, donde volví a reengancharme jugando muchos partidos pero descendimos, empezó un nuevo caos en mi carrera”, recuerda Ramalho, quien tras un par de años de “frustración” tomó la decisión de enrolarse en el fútbol saudí para “probar otro fútbol diferente al que estaba acostumbrado siendo también una oportunidad interesante a nivel económico”.

“El paso por los tres países árabes me han aportado experiencias bonitas y gratificantes tanto a nivel profesional como personal”, expresa el vizcaino, internacional con Angola y con la intención de convertirse ahora en el jefe de la defensa del Olympic Charleroi, donde comparte vestuario con otro exrojiblanco como Iago Herrerín.

Vuelta a casa en mente

Titular el pasado día 9 en la primera victoria en liga del conjunto belga, al que llegó con la temporada recién iniciada, Ramalho admite que valoró durante el verano la posibilidad de volver a jugar en Euskadi, con opciones como la del Eibar en la Liga Hypermotion o incluso las del Arenas y el Barakaldo en Primera Federación.

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Mi idea es volver en los próximos años cerca de casa, pero ahora estoy en Bélgica, quiero cumplir aquí este año entero y sigo siendo muy autoexigente, cuidándome incluso más que cuando era más joven sin tener pensada ninguna fecha para retirarme, porque me encuentro muy bien”, advierte Ramalho, quien habló durante el verano con su inseparable amigo Iker Muniain, recién nombrado entonces entrenador del Derio.

“Bromeamos con que fuera yo allí a jugar con él de míster. Tiene mucho tiempo por delante para ser un grandísimo entrenador, aventura en la que yo, probablemente, me meta también cuando termine mi carrera como jugador”, vaticina Jonás Ramalho catorce años después de su debut como león.