La clasificación del Athletic a los cuartos de final de la Europa League quedó empañada por los altercados que envolvieron el encuentro ante la Roma. Los últimos informes de la Ertzaintza hablan de 14 personas detenidas y una más investigada, además de 15 policías y dos vigilantes de seguridad heridos durante los incidentes. Así que el doblete de Nico Williams y el cabezazo de Yuri, el sublime partido de los leones en general, quedaron deslucidos por el enfrentamiento entre ultras antes del partido y por la batalla campal que entre los radicales del Athletic y la Ertzaintza tras él.

El caso es que el dispositivo de seguridad desplegado para el duelo del pasado jueves era, como el mismo alcalde de Bilbao Juan Mari Aburto reconoció, “un ensayo de cara a la final” de la Europa League que tendrá lugar el próximo 21 de mayo en San Mamés. Así que sobra decir que el experimento salió mal. “El ensayo era sobre todo el tema de la valla –haciendo referencia a las puertas metálicas que se colocaron en la explanada de San Mamés para el acceso al estadio de la afición visitante–. Pero esta situación no se va a volver a repetir” en la final porque “todo el perímetro de la explanada va a estar con ese anillo cerrado. Todo el mundo tendrá que entrar por ese anillo y, además, habrá otros anillos y otros perímetros exteriores a este”.

El hartazgo de los hosteleros

De acuerdo a esto, quien está deseando que haya cambios en el dispositivo es la hostelería de los aledaños de San Mamés. Y es que los bares de la zona fueron los más afectados por los disturbios ocurridos antes y después del encuentro de la Roma, con cargas policiales a las puertas de sus establecimientos e incluso con el destrozo de parte de su mobiliario. Fueron testigos involuntarios de los incidentes y, por ello, indican que el principal problema fue el retraso de la llegada de la afición giallorossi. "A las 4 de la tarde en la zona no había nadie, podían haberlos metido sobre esa hora y no hubiera pasado nada. E incluso hubieran podido estar por aquí tomando algo", afirman.

Asimismo, avisan que las puertas metálicas colocadas como primer perímetro para el acceso al campo “están demasiado cerca” de los bares y los portales, dejando poco margen de maniobra y provocando embudos como el que ocurrió el pasado jueves tras las primeras cargas policiales contra los radicales italianos. Por ello, reclaman a la UEFA y a las instituciones pertinentes “mejorar los protocolos y el dispositivo de seguridad” porque con las actuales medidas “no se puede trabajar”.

Tanto es el hartazgo que algunos establecimientos se han llegado a plantear cerrar el 17 de abril, coincidiendo con la visita del Rangers a Bilbao. “Lo que ocurrió contra la Roma fue un cristo y esperamos que para el siguiente partido cambien todo”, concluyen.

Así son los ultras del Rangers

Y es que ese jueves 17 aterrizarán en Bilbao los aficionados de un Rangers que consiguió clasificarse para los cuartos de final tras una sufrida victoria ante el Fenerbache en los penaltis. Un partido celebrado en el Ibrox de Glasgow y que también quedó empañado por varias pancartas que reflejaban consignas de ideología de extrema derecha. Pancartas desplegadas precisamente por Union Bears, el nombre con el que se identifica al grupo de ultras más nutrido del equipo escocés, reconocido por su protestantismo, nacionalismo y unionismo.

Respecto a esto, también hay que destacar que los radicales del Rangers ya protagonizaron una batalla campal en Sevilla contra los ultras del Eintracht de Frankurt, en la final de la Europa League que enfrentó a ambos conjuntos en 2022. Entonces los hechos se produjeron dos horas antes de que el balón echara a rodar en las principales calles que terminan en Sánchez Pizjuán.

En el césped ganó el Eintracht y en las calles perdieron todos. Sobre todo la hostelería sevillana que, como ocurrió el pasado jueves en los aledaños de San Mamés, sufrió destrozos en su mobiliario. Además, es habitual que el Rangers movilice a una gran cantidad de aficionados, por lo que se espera una gran presencia de escoceses en Bilbao.