Hablar de un partido entre el Athletic y el Mallorca evoca irremediablemente a la noche del 6 de abril en el estadio de La Cartuja de Sevilla, allí donde el conjunto rojiblanco volvió a triunfar y a tocar el cielo, consiguiendo la tan ansiada Copa después de 40 larguísimos años de espera. Claro que uno tampoco puede olvidarse de aquel choque en el que los leones lucieron unos pantalones verdes prestados por el equipo local después de que los suyos, unos negros, no terminaran por convencer al árbitro, que alegó poder confundirlos con los del Mallorca. Aquella extraña mezcla entre el verde, el rojo y el blanco acabó mal, falta, como no podía ser de otra manera, con una goleada (6-1) inolvidable. Entre medias, cómo no, ha habido un puñado de partidos, aunque los disputados en la isla acostumbran a ser duros de digerir para el aficionado rojiblanco, que en tres de los cinco últimos encuentros entre bilbainos y mallorquines en Son Moix se ha tragado tres empates a nada.
El de anoche fue el último y seguramente el más doloroso de todos por cómo de cuesta abajo se le puso el choque a la tropa de Ernesto Valverde. Samu Costa, que se jugó la expulsión por una acción sobre Iñigo Ruiz de Galarreta que el árbitro revisó en el VAR, se pasó de frenada poco después, también con el centrocampista de Eibar como invitado, y enfiló el camino de vestuarios en el minuto 23 del partido. El Mallorca se quedó con un jugador menos y el personal que se dio cita en Son Moix se quedó con un calentón de aúpa, hasta el punto de que la tomaron con el bueno de Ruiz de Galarreta, al que abuchearon durante el resto del choque, olvidando su intachable pasado como mallorquinista.
Lo que en condiciones normales hubiese sido un motivo de celebración, pues contar con un futbolista más sobre el terreno de juego durante tantos minutos es una clara ventaja, cuando el Athletic es el equipo beneficiado bien merece ser puesto en cuarentena. Sin chispa, acusando quizá el esfuerzo del pasado jueves ante un Slavia de Praga que le exigió muchísimo, y sin ideas, con la única inspiración puntual de un Nico Williams al que Maffeo ató casi todo el rato bien en corto gracias al enorme sacrificio mostrado por los pupilos de Jagoba Arrasate, los leones se volvieron de Mallorca con un gris empate, una sensación de impotencia y un único tiro entre los tres palos, obra de Yeray Álvarez con un flojo remate de cabeza y en el minuto 90.
Los más optimistas defenderán que el Athletic anotó dos goles y que además estrelló un balón en el larguero en un disparo de Nico desde la frontal, pero lo cierto es que los tantos de los hermanos Williams estuvieron bien anulados. En el primero, el balón, aunque por milímetros, rebasó por completo la línea de fondo antes de que Iñaki lo golpeara; en el segundo, el mayor estaba en claro fuera de juego cuando empujó a la red el buen servicio de Yuri Berchiche.

Tiene trabajo esta semana Ernesto Valverde, al que quizá le faltó agitar el avispero de otra manera. Mientras Jagoba Arrasate reaccionaba al instante tras la expulsión de Samu Costa, realizando una sustitución y cambiando el sistema, el técnico rojiblanco aguardó al descanso para realizar el primer cambio y fue de hombre por hombre, central por central, Dani Vivian por Aitor Paredes, que lucía una amarilla. Una sustitución para evitar riesgos; un cambio poco valiente cuando su equipo, al que ya se le veía poca claridad y una gran falta de ideas en el descanso, exigía un mayor atrevimiento. Lo que vino después, en la segunda parte, en la que el Mallorca no salió de su campo más que en un par de jugadas aisladas, fue más de lo mismo. Cambios hombre por hombre con Javier Martón, el otro único delantero centro del equipo, sentado en la grada, sin convocar. Quizá vaya mereciendo una oportunidad el navarro.
La cifra
2
Por segunda vez en lo que va de temporada, el Athletic se quedó sin marcar en un partido de liga. La anterior ocasión en la que los leones no vieron puerta fue frente al Atlético de Madrid en San Mamés, un choque en el que cayeron derrotados por la mínima. En ambos partidos los rojiblancos solo dispararon una vez a gol.