Resuelta felizmente, pero de aquella manera, la durísima batalla con el Slavia de Praga, el Athletic vuelve a la LaLiga en Son Moix, feudo de un Mallorca relanzado, no en vano iguala en puntos a los rojiblancos disputadas diez jornadas. La mano de Jagoba Arrasate se nota en el equipo isleño, con una propuesta sin demasiado parecido a la inspirada por Javier Aguirre, aunque el grueso de la plantilla sea el mismo. Por tanto, se augura otro examen complicado y no extrañaría que deparase un marcador ajustado, pues tal es una de las señas de identidad de este Mallorca más versátil, no tan rígido en el plano táctico.
Hasta la fecha, los de Arrasate se han distinguido por su extraordinaria capacidad para rentabilizar los pocos goles que marcan. Sin duda el secreto radica en que apenas concede; de hecho, en este apartado es el segundo mejor de la categoría, pero no porque defienda en bloque y muy replegado, como solía el año pasado. También trata de presionar en la parcela del rival, una circunstancia que pudiera explotar el Athletic con la verticalidad de sus piezas de ataque. Para ello será clave acertar en la salida de la pelota y conseguir establecer el ritmo de la contienda.
Valverde dispone del grupo al completo, descontado Unai Simón, y cabe que haya varios cambios en la alineación inicial. Pese a que ha habido días suficientes para cargar las pilas y recuperarse de golpes y molestias, cuenta con diferentes opciones en todas las demarcaciones, especialmente en aquellas que suelen estar más sujetas a variaciones. Es cierto que el calendario ha aflojado un tanto, pues el equipo no volverá a competir hasta el domingo, pero tampoco conviene desaprovechar la baza de las rotaciones, que se ha revelado muy beneficiosa desde el arranque del curso.
En este sentido, pudiera producirse la entrada en el once de Oihan Sancet, que reapareció en el tramo final del compromiso de Europa League. No quiso adelantar nada el entrenador, pero huelga mencionar el peso específico del media punta en el grupo. Asimismo, cabe que en la zaga conceda descanso a De Marcos, quien ha jugado completos los tres compromisos más recientes, o incluso a Vivian, cuyo kilometraje se ha disparado a las órdenes de Luis de la Fuente. Siguiendo con las cábalas, se le deben dar posibilidades a Jauregizar, acaso en lugar de un Galarreta al que le está costando responder en el plano físico y ha sido titular en cinco de las seis citas más recientes.
Sin necesidad de acometer grandes transformaciones, introduciendo algunos retoques, el Athletic ha demostrado que se halla en condiciones de desplegar esa energía que le convierte en un adversario incómodo, competitivo. Habrá que aguardar para conocer los planes de un Valverde que ayer advirtió reiteradamente de la peligrosidad que desprende el Mallorca. Similar grado de prudencia se detectó en las manifestaciones de Arrasate, quien resaltó la fiabilidad del Athletic y dedicó un ramillete de flores a su amigo Valverde. Hizo hincapié en la pegada rojiblanca y en la facilidad con que acumula robos cerca del área enemiga. El respeto mutuo que se profesan los inquilinos del banquillo vendría a ser un anticipo de lo que darán de si los noventa minutos.
Lo ocurrido en el mes de abril en la final de Copa es agua pasada. Según desveló Arrasate, ni siquiera ha hecho mención a ella en el análisis que ha compartido con sus hombres. Él no participó y el actual Mallorca ha diversificado sus fortalezas, como lo prueba que en su formación haga coincidir más elementos creativos que los que utilizaba su antecesor. Así todo, de momento, la resolución en los metros decisivos no se encuentra entre las especialidades del plantel que dirige. En esa materia, el Athletic le supera con nitidez, al menos en lo cuantitativo, pues como se ha apuntado, en lo cualitativo al Mallorca no le va nada mal: le saca chispas a cada gol.