La impronta de Jagoba Arrasate

A pesar de perder a penaltis la final de Copa disputada ante el Athletic en abril, en el club balear entendieron que el equipo precisaba un cambio de rumbo y Arrasate fue el elegido. Lejos de mantenerse en su zona de confort, el vizcaino aceptó el desafío y puso rumbo al Mallorca tras finalizar su etapa al frente del cuadro rojillo con un sentido homenaje en El Sadar. Abandonó el club navarro entre lágrimas un emocionado y agradecido Arrasate, que puso las bases del nuevo Mallorca que quiere desde el primer entrenamiento de una agitada pretemporada. El de Berriatua tuvo que lidiar con un inesperado conflicto interno con uno de los pesos pesados del vestuario a poco de aterrizar en la isla.

El portugués Samú Costa, pilar en la medular bermellona, se enganchó con un rival que le acabó propinando un puñetazo en el amistoso que enfrentó a Mallorca y West Brom el pasado 27 de julio y la reacción del luso no pudo resultar más embarazosa para Arrasate. Optó por retirar del campo a su futbolista el entrenador vizcaino y reaccionó Samú Costa con un desafortunado desaire hacia su figura lanzando al suelo la camiseta del Mallorca protagonizando así un sonado incidente que no gustó en absoluto a los aficionados mallorquinistas. Arrasate, sin embargo, resolvió el conflicto en la intimidad del vestuario sin castigo deportivo para el portugués, titular desde la primera jornada de una liga que el conjunto balear no empezó con buen pie.

En la búsqueda de un Mallorca más atrevido y combinativo que el de Javier Aguirre, los resultados tardaron en llegar. Al empate firmado contra el Real Madrid en Son Moix (1-1) en la apertura liguera se sumó la derrota sufrida en El Sadar (2-0) en la segunda jornada y otro empate en casa frente al Sevilla (0-0) para asomar así en la parte baja de la clasificación con solo un punto en el zurrón de nueve posibles. Surgieron las primeras dudas respecto a una renovada propuesta futbolística que comenzó a dar sus frutos en la visita al Leganés. 0-1 se impuso en Butarque el Mallorca, que mordió el polvo en su siguiente compromiso ante el Villarreal (1-2) para sumar posteriormente tres victorias consecutivas a costa de Real Sociedad (1-0), Betis (1-2) y Valladolid (1-2).

Incapaces de puntuar en la visita al Espanyol (2-1), los de Arrasate volvieron a ganar al Rayo (1-0) en la décima y última jornada disputada hasta la fecha para recibir esta noche al Athletic con un balance de cuatro triunfos en sus cinco últimos encuentros y dos victorias seguidas como local. El tercer triunfo seguido en Son Moix buscan ante la tropa de Ernesto Valverde los bermellones, algo que no consiguieron durante la pasada campaña pese a su gran recorrido en Copa.

NOMBRES PROPIOS

Irregular de principio a fin en una liga en la que no pudo sellar la permanencia hasta las últimas jornadas, el conjunto balear confía en asentarse entre los diez primeros clasificados con Arrasate, que no ha descuidado el trabajo defensivo que inculcó Aguirre a sus futbolistas para diseñar un nuevo Mallorca capaz de lucir virtudes con y sin balón. Con el capitán Antonio Raíllo como líder del equipo desde el centro de la defensa y con una medular que aúna trabajo y calidad, jugadores de buen pie como Sergi Darder y Robert Navarro se encargan de hacer llegar balones a los delanteros, parcela en la que destaca la alargada silueta de Vedat Muriqi.

El ariete kosovar, recuperado de una lesión que le obligó a perderse tres partidos, volvió a la acción con gol ante el Rayo y se presenta como la principal amenaza ofensiva del Mallorca para el Athletic, que se enfrenta a un equipo en pleno despegue bajo la nueva impronta de Arrasate.