Con la bengala de la vergüenza abochornando todavía a la afición del Athletic, esa que tuvo que soportar que medio centenar de radicales se cargaran el buen ejemplo que dieron el resto en el Olímpico de Roma (1-1), la Europa League regresa a San Mamés siete temporadas después. Lo hace en la jornada dos de la novedosa fase de la liga y lo hace, además, con la visita del AZ Alkmaar neerlandés. Se trata de un histórico de la Eredivisie que ha puesto en alerta a Bilbao, que no quiere que vuelva a vincularse al Athletic con incidentes que nada tienen que ver con el fútbol. Y es que al AZ le sigue un grupo conocido de ultras, que se hacen llamar Ben-Side y que ya han paseado por Europa su violencia con la excusa del deporte. Sin ir más lejos, el último gran episodio de este grupo de radicales fue en las semifinales de la Conference League de 2023, cuando se enfrentaron al después ganador West Ham.

Era la vuelta de la eliminatoria y el conjunto inglés ganó con un solitario gol de Pablo Fornals en el 94 para definir el global por 3-1 a su favor. Antes del encuentro ambas hinchadas ya protagonizaron varias peleas, con lanzamientos de sillas incluidos, en las inmediaciones del estadio. Pero fue tras el pitido final y dentro del campo cuando todo se desató. Los hammers, tanto jugadores como afición, celebraron con mucha euforia su clasificación para la final que disputaron ante la Fiorentina. Vehemencia que no fue bien recibida por los ultras del AZ, que reaccionaron con violencia. Los miembros de Ben-Side, todos uniformados de negro y encapuchados para evitar ser identificados, se dirigieron a la tribuna en la que estaban los familiares de los futbolistas del West Ham y tiraron el vallado que les separaba para increparles y amedrentarles. Entonces fueron los jugadores ingleses quienes respondieron con más violencia y a base de golpes se interpusieron entre los ultras y sus familias hasta que la seguridad del estadio pudo controlar la situación. Días después, el AZ emitió un comunicado en el que informó que suspendió a 43 hinchas identificados en los altercados, prohibiéndoles “volver a entrar al estadio”. “Mientras todo el mundo esperaba un partido europeo histórico, se convirtió en una noche negra debido a los acontecimientos ocurridos tras el pitido final del árbitro. Se convirtió en una noche para reflexionar con vergüenza. No por el partido de fútbol jugado, sino por el comportamiento de algunos. Por desgracia, no podemos utilizar la palabra aficionados para referirnos a estas personas”, declaró el club neerlandés.

Llamada al orden

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Aficionados del Athletic lanzando bengalas en Roma. Federico Proietti

Este es, por el momento, el incidente más notorio del grupo radical del AZ Alkmaar, aunque también tiene en su historial un intento de asesinato con arma blanca y decenas de batallas campales y organizadas fuera de los estadios. Es precisamente esto lo que más preocupa en Bilbao, donde no se quiere que la noche europea del jueves se convierta en algo que lamentar. Tal es la inquietud que incluso el Consejero de Seguridad del Gobierno vasco, Bingen Zupiria, pidió tras el lanzamiento de bengalas de Roma, que “seamos respetuosos con otras aficiones”: “Sin ir más lejos, el próximo jueves hay dos partidos de la Europa League en Euskadi –la Real Sociedad recibe al Anderlecht– y es responsabilidad de todos que actuemos y nos comportemos como es debido”.