El Athletic, de vuelta a competición europea seis años y medio después, cosechó un meritorio empate en el Olímpico de Roma en un partido en el que Nico Williams se convirtió en el preciado agitador de Ernesto Valverde, cuyo plan inicial hizo aguas. No acertó el técnico en el diseño de una alineación que no dio el rendimiento esperado y en el que se echó en falta sobremanera la ausencia del menor de los Williams y de Oihan Sancet, quien causó baja por una sobrecarga muscular. Ni Unai Gómez, difuminado y sin peso alguno como enganche, ni Álvaro Djaló, apagado en ataque y perdedor en sus seis duelos individuales con futbolistas de la Roma, además de errar en el único regate que intentó y perder hasta siete balones, aportaron al equipo en un encuentro en el que las soluciones llegaron desde el banquillo.
Ofreció el conjunto rojiblanco una cara bien distinta en una segunda mitad en la que el colectivo agradeció la entrada al terreno de juego de los cinco hombres que Valverde empleó como revulsivos. Entre ellos asomó Nico Williams, quien regresó a la acción después de perderse el último compromiso liguero ante el Celta de Vigo en San Mamés debido a la fuerte contusión que sufrió en su tobillo izquierdo en la visita al Leganés. De vuelta a la convocatoria contra la Roma, Valverde no quiso forzar de entrada al internacional rojiblanco, quien saltó al verde en el minuto 60 en detrimento de Djaló.
Se fue cabizbajo el ‘11’ y entró con ganas de marcha el ‘10’ para cumplir así el sueño compartido desde la infancia con su hermano Iñaki de jugar juntos con el Athletic en Europa. Ambos coincidieron en el campo en la última media hora de un partido que cogió un tono bien distinto gracias al buen hacer de los revulsivos Ander Herrera, Alex Berenguer, De Marcos, Unai Nuñez y el propio Nico, quien se situó por detrás de Gorka Guruzeta con continuas caídas a banda izquierda para generar un notable quebradero de cabeza a la defensa del cuadro romano. Se movió bien entre líneas Nico, quien nada más salir al campo regateó a su par en el costado izquierdo para enviar un balón al corazón del área que a punto estuvo de rematar Guruzeta.
Transmitió un peligro constante Nico, quien fue trabado en la acción que derivó en la falta que colgó al área Berenguer para que Nuñez cabeceara en el segundo palo y Paredes embocara con la testa para hacer el 1-1. Claves, en consecuencia, fueron los cambios introducidos por Valverde, quien ajustó las piezas en un segundo tiempo en el que las variantes introducidas sobre la marcha dieron sus frutos.
MENSAJE DE VALVERDE
Al término del partido, cuestionado en sala de prensa por la incidencia de los cambios en el devenir del choque, el técnico rojiblanco apuntó que “los partidos duran noventa minutos y la gente siempre está muy pendiente del equipo titular, pero durante el juego las cosas pueden cambiar y hay jugadores que salen desde el banquillo cuando se resuelve el partido. Los que han entrado nos han dado aire, pero también tienen que estar descansados para poder entrar”.
Fue el caso de Nico, quien sacó rédito a una frescura impulsada por Valverde tras el último problema físico padecido por el extremo, en plena búsqueda de su mejor versión después de un verano sin apenas descanso con la Eurocopa ganada en Alemania incluida.