Apenas unas horas después de tocar tres noches exitosas en el BEC ante 45.000 personas antes de su disolución, Gatibu, cuando los ecos de Musturrek sartunde todavía resuenan en los oídos de sus seguidores, ha emitido un comunicado en el que agradece el apoyo recibido durante sus 25 años de trayectoria. Tal y como reflejaba este diario en su crónica, hay noches inolvidables y canciones que no se apagarán nunca. “El final llega, pero lo vivido es para siempre”, indican los gernikarras.

“Hay noches que no se olvidan. Hay canciones que no se apagan. Y hay despedidas que, aunque duelan, se convierten en abrazo eterno”, explica Gatibu en el comunicado, horas después de bajarse del escenario del BEC, en el cierre de un cuarto de siglo “de carretera, de sudor, de risas, de gritos desde el escenario y de miles de gargantas cantando al unísono”, prosiguen. “Son 25 años poniendo palabras y melodías a lo que sentíamos y no sabíamos decir”, apostillan.

Alex, Haimar y Gaizka explican que los conciertos de despedida han sido más “un gracias inmenso” que encuentros musicales. “Es mirar atrás y ver todo lo que se ha construido juntos. Es aceptar que el final llega… pero que lo vivido ya es para siempre”, indican, con la emoción vivida aún a flor de piel, especialmente en el recital del sábado, cuando Alex no pudo evitar las lágrimas y acabó llorando en el hombro acogedor de su colega Haimar.

Y en su agradecimiento, los gernikarras no quieren olvidar a los amigos que les acompañaron en escena en estas tres veladas previas a la disolución. “No son invitados, sino reencuentros”, explican antes de agradecer a sus colegas de profesión esas veladas “de familia musical e historias compartidas”.

Bengo, poniendo voz al presente y al futuro; Tom Lizarazu (Bulego), heredero de una emoción que sigue latiendo; Laka, el guitarrista de ayer, volviendo a casa; Leire Martínez, pura energía, puro rock, pura verdad; Itziar Ituño, emoción sin filtros, piel y alma; Niko Etxart, memoria viva de nuestra música; los mariachis, algunos de Puro Relajo, llevando la fiesta al límite del llanto; Iñaki Plaza, triki que habla directo al corazón, y Ross Dantza Eskola, poniendo cuerpo y danza a todo lo que sentimos”, recoge el comunicado.

Cada invitado es un capítulo, cada canción, una vida, cada acorde, un recuerdo compartido. Gracias por 25 años de verdad, por tanto, por siempre”, explica el grupo, que entiende que aunque la luz se haya apagado, Gatibu no se ha ido, sino que “se queda en cada uno de nosotros”, en cada una de esas 45.000 personas –y las otras miles que siguieron el último concierto a través de ETB1– que compartieron la despedida. “No solo se sabían la letra de las canciones, también la historia”, concluye el texo.

Disco en vivo

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Gatibu deja como testamento un doble disco en directo grabado el pasado 7 de junio de este año en Gernika, su ciudad natal, y auto editado bajo el título de Azken zoramena. “Hay noches que suenan… y otras que se quedan”, explica el grupo euskaldun. “Gernika no fue solo un lugar; fue casa, fue abrazo colectivo y fue adiós. Entre amigos, sonrisas cómplices y alguna lágrima inevitable, fue un momento irrepetible que ya es parte de nuestra historia común”, indica el trío.

El triple vinilo o doble compacto, que incluye todos los éxitos del grupo, se puede conseguir con la firma de Álex Sardui, Haimar Arejita y Gaizka Salazar. “Ahora, esa noche puede viajar contigo. No es solo música, no es solo un formato. Es un pueblo despidiéndose, un camino compartido que va del escenario al corazón. Y ahora puedes volver a vivirlo, una canción, una vuelta más”, concluye el trío.