De capitán a capitán. De Iker Muniain a Óscar de Marcos. A la conclusión del partido entre el Athletic y el Sevilla, en el que se despidieron de San Mamés Muniain y Raúl García, el primero le cedió el brazalete de capitán a quien será el encargado de lucirlo por los campos de la liga y de Europa la próxima temporada. Después de muchas dudas, de varios meses meditando qué hacer con su futuro, De Marcos le ha dado una vez más el sí quiero a su amado Athletic, con el que se ha comprometido por una temporada más, hasta el 30 de junio de 2025. ¿Será su última campaña? Quién sabe. Por lo pronto, la única certeza es que será el capitán del equipo en su vuelta a Europa seis campañas después.
La renovación de De Marcos puso el broche de oro a una tarde de emociones y despedidas en San Mamés. Del clandestino premio a Iñaki Williams por ser el mejor jugador africano de la liga, entregado más de media hora antes del comienzo del partido, sin apenas gente en las gradas, al adiós con honores para Iker Muniain y Raúl García, goleadores en su último encuentro en La Catedral y la renovación del nuevo capitán. Esta se dio a conocer en un acto que no parece casar mucho con la forma de actuar, siempre discreto, del lateral de Biasteri, pero que sirvió para confirmar aquello que muchos aguardaban como agua de mayo.
Los cuatro futbolistas citados fueron los protagonistas en una jornada de transistores, de esas que añoran los más puristas y que el poder y la influencia que ejercen las televisiones sobre el fútbol actual ha hecho desaparecer. Fue una de esas tardes que, llegados a estas alturas del curso, firman con sangre los entrenadores, pues al margen de un puesto más o menos en la clasificación, ni Athletic ni Sevilla tenían mucho en juego. Sellado el pase a Europa como premio por ganar la Copa, el conjunto rojiblanco debía dirimir aún su plaza en la clasificación y será quinto gracias a un cómodo triunfo frente al conjunto hispalense. Una posición que se traducirá en unos ingresos extras de unos 30 millones en comparación al curso pasado, en el que los leones acabaron la liga en octava posición.
Fue una tarde redonda que puso la guinda a una semana en la que Ernesto Valverde cerró su renovación tras varias semanas de negociaciones con el club y que vio florecer a un chaval como Aingeru Olabarrieta en el adiós de una leyenda y otro futbolista que ha marcado una época en Bilbao. Unos que llegan, unos que se van y otros que se quedan, como De Marcos.
El lateral ha sido de nueva una pieza clave en el esquema de Valverde y ha jugado un papel relevante en la consecución de los objetivos del Athletic a lo largo de una campaña exitosa. Un curso al que le queda una última jornada antes de bajar el telón y que ha sido especialmente productiva en San Mamés, al calor de la afición.
16 temporadas
De Marcos iniciará en unas pocas semanas su décimo sexta campaña como león. Debutó con el primer equipo de la mano de Joaquín Caparrós el 6 de agosto de 2009 en el partido de vuelta de la previa europea frente al Young Boys en tierras suizas y es ya, con 532 encuentros disputados, el cuarto futbolista en la historia del club con más partidos. En condiciones normales tiene fácil dar caza en el tercer escalón del podio a Txetxu Rojo (541) y, si las lesiones se lo permiten y Valverde sigue manteniendo su confianza en él, podría incluso dar caza a Iker Muniain en el segundo puesto. El navarro, a falta del último partido de liga, ha jugado 560 choques y en verano iniciará una nueva etapa deportiva. Llega el turno para el capitán De Marcos.
La cifra
642
Aingeru Olabarrieta se convirtió ayer, en el encuentro que enfrentó al Athletic y al Sevilla en San Mamés, en el futbolista número 642 en debutar como león en la historia del conjunto rojiblanco. Natural de Luiaondo, el extremo ha destacado este curso en el Bilbao Athletic con siete goles y diez asistencias.
