Después de seis años suspirando por participar en competición europea, resulta que el Athletic tiene ante sí el escenario ideal para lograrlo. El hecho de que cuente en la actualidad con dos vías de acceso, la Copa y la liga, le convierte objetivamente en un aspirante muy sólido. Pero no ya para inscribir su nombre en la próxima edición de la Europa League, recompensa que le correspondería si vence al Mallorca en la final copera del 6 de abril, sino que pudiera aspirar incluso a colarse en la Champions. A fecha de hoy, a la vista de lo que indica la clasificación liguera, este torneo ha dejado de ser una quimera para convertirse en una posibilidad cierta.

A lo largo de todos estos años de sequía, el Athletic –el club, el vestuario y la afición– barajaba la Europa League como meta posible, viable. Y a medida que se sucedían los intentos baldíos, con más razón, pese a las reiteradas decepciones. Fue en dicho marco donde los rojiblancos acumularon una serie de presencias muy seguidas, lo cual le llevó a ser considerado un habitual en la década anterior. Aunque no faltó una aventura en la Champions 2014-15. Pero el escalón máximo en el concierto de clubes se antojaba terreno vedado, dada la supremacía que invariablemente ejercen Real Madrid, Barcelona y Atlético Madrid.

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Este trío acostumbra a acaparar las plazas y apenas deja una para que se peleen el resto de los candidatos, una condición a la que el Athletic no podía opositar por motivos obvios. Desde hace varias semanas, la perspectiva ha experimentado un cambio. Al margen de que el equipo de Ernesto Valverde no se haya apeado de la quinta posición desde enero, ha ido paulatinamente recortando la distancia respecto al conjunto que le antecede en la tabla. Recientemente, estuvo en un tris de igualar la puntuación del Atlético de Madrid, que es cuarto, y continúa echándole el aliento en el cogote.

Hoy solo dos puntos le separan de los de Diego Pablo Simeone, pero no es la primera vez que la desventaja es inferior a un partido. Se ha instalado la impresión de que mientras el Athletic sostiene su cadencia en el campeonato, el paso del Atlético de Madrid se ha ido acortando. Tampoco cabe obviar que, durante el curso, los cruces entre ambos certifican una amplia superioridad del Athletic. Se han encontrado en tres ocasiones y en todas, el desenlace le ha sonreído.

CRUCES DIRECTOS

En la décimo séptima jornada de liga, celebrada en diciembre, el Athletic brindó a su afición una de sus exhibiciones más vistosas, el 2-0 fue un pálido reflejo de lo que se coció sobre la hierba. El segundo asalto, en febrero, se saldó con un 0-1 en el Metropolitano, escenario donde ningún otro visitante había sido capaz de ganar desde agosto. Eso fue en la ida de la semifinal copera; en la vuelta, a finales del mismo mes, el Athletic volvió a demostrar que les tiene cogida la medida a los colchoneros, 3-0.

El calendario les volverá a reunir, en campo madrileño, antes de que acabe abril, a falta de seis jornadas para la conclusión de la liga. El valor del partido en la carrera hacia Europa dependerá de los números que hagan uno y otro previamente en las cuatro jornadas que han de gestionar. Anotar que el Athletic jugará sucesivamente frente a Alavés, Real Madrid, Villarreal y Granada, con la particularidad que afrontará todas esas citas en San Mamés, excepto contra el líder de la categoría. El Atlético lo hará contra Barcelona, Villarreal, Girona y Alavés, con los catalanes en calidad de visitantes.

Pero en el duelo directo, Athletic-Atlético, van a influir asimismo algunos compromisos extra. Así, mañana miércoles los madrileños reciben al Inter, que se impuso en Milán por la mínima. En juego, el acceso a los cuartos de final de la Champions. La eliminación dejaría a los de Simeone con un único frente, la liga, y huelga añadir que con la obligación imperiosa de terminar entre los cuatro primeros a fin de salvar la temporada.

Por su parte, el Athletic mira de reojo a la final de Copa. En su caso, la incógnita versa sobre el modo en que asimilará el título, al que opta en calidad de favorito. Esto es, si le impulsa para seguir pujando en liga como viene haciendo o, por el contrario, funciona como factor descompresor. Dando por supuesto que, en la hipótesis negativa, tropiezo en La Cartuja, quedaría abocado a apretar los dientes cada uno de los fines de semana hasta mayo.

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Champions y Europa League son mundos sin punto de comparación. Prestigio, nivel deportivo y beneficios económicos serían los parámetros a analizar. Empezando por el último, basta con señalar que este curso la Champions reparte entre los participantes en torno a dos mil millones de euros y en la Europa League no llegan a quinientos. Un botón: solo por figurar en la fase de grupos, en uno se cobran quince millones y en el otro, tres y medio. Los premios por victorias, empates o colarse en las rondas posteriores, en la misma proporción. Así visto, está claro cuál es el destino más apetecible, aunque habría que evaluar la factura que abona una plantilla por codearse con las grandes potencias del continente y, bueno, de momento, no procede, es prematuro.

La actualidad

Confirmado: Yuri tiene dañada la misma zona

A la espera de su evolución. Los servicios médicos del Athletic confirmaron ayer que Yuri Berchiche tiene dañada la musculatura isquiosural de su pierna derecha, la misma zona que le apartó de los terrenos de juegos antes de recaer el domingo en el Estadio de Gran Canaria. A poco más de tres semanas de la final de Copa habrá que esperar la evolución del lateral de Zarautz, pero ya se puede decir que es duda para la cita ante el Mallorca de La Cartuja. Yuri ya se perdió la vuelta de la semifinal ante el Atlético de Madrid y el duelo de liga contra el Barcelona por la misma lesión muscular. Cariacontecido, preocupado, salió del campo de Las Palmas el de Zarautz sin detenerse siquiera en la zona de banquillos. Detrás de la portería que defendió Álvaro Valles en la segunda mitad, al otro lado de una valla de publicidad, se pudo ver al ‘17’ del Athletic, apesadumbrado.