Ironías del destino, uno elige el titular que encabeza este reportaje cuando acaba de perder a un ser querido. Pero como quiera que la vida sigue, toca levantar cabeza y caminar. También al Athletic, que ofreció su peor versión en muchas semanas para poner fin a su excelente trayectoria de catorce encuentros consecutivos sin perder. Tres meses después de caer ante el Barcelona en Montjuic, el 22 de octubre, que suena a muy lejano en el tiempo y que efectivamente lo es, el conjunto rojiblanco volvió a perder. Lo hizo en un partido gris, de los que cuesta recordar, pero en el que hizo méritos como para al menos lograr un empate. Tuvo dos clarísimas ocasiones para haber anotado al menos un gol, las mismas que el Valencia. Pero esta vez no tuvo el acierto de otras tardes, ese que sí tuvo Hugo Duro a la hora de juego y que terminó por decantar el encuentro en favor de los locales.

La derrota, pese a la trayectoria que venían dibujando los leones, no puede pillar a nadie por sorpresa, pues Mestalla nunca ha sido un lugar cómodo para el Athletic. Había que remontarse a la década de los 80 para dar con una racha mejor que la actual en las visitas ligueras de los bilbainos al feudo valencianista, donde cayeron por última vez en el curso 2018-19 y habían enlazados dos triunfos y dos empates. Ahí están los resultados, que dibujan un balance de 51 derrotas, 24 empates y solo 14 triunfos en el torneo de la regularidad.

Se diría que todo sigue igual a orillas del Turia, donde tampoco faltó el clásico recibimiento a la llegada del autobús del conjunto rojiblanco a Mestalla. Ya saben, el original “puto vasco”, que no tuvo la duración en el tiempo de otras veces, pero que volvió a resonar con fuerza. También en el interior. En fin, que todo sigue igual. O casi todo, porque allí se acabó la racha triunfal del Athletic.

Curiosamente, el excelente caminar del Athletic se inició frente al Valencia en San Mamés en el partido de la primera vuelta. Una cita en la que los rojiblancos rescataron un punto in extremis, sobre la bocina, gracias a un gol de Alex Berenguer a centro de Iñaki Williams, al que ayer sí echó en falta el conjunto rojiblanco, pues apenas tuvo profundidad por bandas.

El Valencia, que está de dulce y ha enlazado cuatro triunfos en liga, supo minimizar al Athletic, un hecho del que pueden presumir muy pocos equipos en la presente temporada. Lo más llamativo es que tanto en la ida como en la vuelta el conjunto che ha sabido frenar a la tropa de Ernesto Valverde. Si en la ida lo hizo a base de rápidas transiciones en una cita que resultó muy vistosa para el aficionado medio, ayer lo logró a base de pausar el juego y hacerse fuerte cerca de su área.

Le faltaron muchas ideas al Athletic como para haber hecho más daño a la zaga rival. Excelente se mostró en esas labores Foulquier, que llevó por la calle de la amargura a un Nico Williams que acabó dolorido de la rodilla derecha y se marchó con una leve cojera de Mestalla. Tampoco le fue mejor en el otro costado a Berenguer, al que superó Gayà en casi todas las acciones. Pese a ello, Valverde les mantuvo a ambos en sus respectivas bandas. No buscó una alternativa que hubiera parecido lógica mientras el equipo perdía fuelle y esperanzas por rascar al menos un empate. Su única variación táctica fue la de juntar en ataque a Raúl García y Asier Villalibre. La fórmula no tuvo éxito y el Athletic tropezó allí donde tantas veces lo ha hecho para acabar con su racha. Todo llega a su fin.