Ha incidido Marcelino García Toral en más de una ocasión en las últimas semanas en la necesidad que tiene su equipo de hacer de San Mamés un fortín, de minimizar los errores que le costaron caro al conjunto rojiblanco en su partido ante el Rayo Vallecano y en menor medida frente al Barcelona. Ha puesto el asturiano el énfasis en que sumar de tres en tres en casa debe ser el camino para llegar a Europa o, al menos, para estar en la pelea por los puestos nobles en el tramo final de la temporada, cuando se reparten las alubias. La cita ante el Alavés, el primer derbi del curso, debía servir de punto de inflexión para el Athletic tras dos partidos en los que se le esfumaron tres puntos en el tiempo de descuento. Y lo fue, especialmente por reencontrarse con la victoria tres jornadas después y porque en muchas fases del encuentro el conjunto rojiblanco ofreció buenas dosis de fútbol, que no abundan por estos lares, pero su incapacidad goleadora le impidió cerrar un partido que debió dejar visto para sentencia en la primera mitad. Y cómo no, en el minuto 94 al Athletic le aparecieron de nuevo los fantasmas de las citas ante el Rayo y el Valencia, si bien en esta ocasión fue solo una aparición momentánea. No hubo que lamentar males mayores.Acercarse y repetir en más ocasiones el nivel futbolístico de la primera hora de juego, con ese arranque meteórico que tanto gusta en San Mamés, que vivió la mejor entrada de lo que va de campaña con casi 29.000 espectadores en la gradas, seguro que le facilita mucho las cosas al Athletic en el futuro más cercano, pero Marcelino debe tomar buena nota de las dificultades que encuentran sus pupilos a la hora de cerrar los partidos. Ya asumió días atrás, y volvió a repetirlo anoche tras el derbi, quizá para recordárselo a los más despistados, que los encuentros de su equipo se resolverían casi como norma con resultados muy ajustados, y más vale que el personal vaya asumiendo que así será. De lo contrario, habrá que medir la capacidad de evitar los infartos entre la parroquia rojiblanca.

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No es normal que un equipo tenga que rematar hasta en 16 ocasiones, de las que únicamente cinco fueron entre los tres palos, para hacer un gol. Además, si como anoche, te permites el lujo de fallar un penalti, pues todo resulta más complicado. Y no está el Athletic para demasiadas complicaciones, visto lo visto. Gozó de todo tipo de remates e involucró a un puñado de futbolistas en la ecuación: Raúl García, Iñaki Williams, Daniel Vivian, Iñigo Martínez... hasta el menor de los Williams buscó el gol mediada la segunda mitad, pero falló el resultado final; afortunadamente, no el del luminoso. Bien Pacheco, de largo el mejor del Alavés, o bien la falta de puntería impidieron que los leones marcaran el segundo tanto, el que a la postre habría llevado la tranquilidad a la grada y al banquillo, donde Marcelino y sus ayudantes vivieron los minutos finales con una dosis de intranquilidad impropia del juego desplegado por los suyos. Por no hablar de los merecimientos de uno y otro...

Solo en los encuentros ante el Mallorca y el Barcelona, disputados ambos en San Mamés, fue capaz el Athletic de generar tanto peligro en el área rival. Frente a los bermellones fueron 19 los disparos que se contabilizaron al término de los 90 minutos, cinco de ellos a puerta -dos acabaron en gol- y 16, de los que siete fueron entre los tres palos -un tanto-, contra los azulgrana. En el lado opuesto de sus partidos como local asoma el jugado ante el Rayo, sin duda el partido más gris de cuantos ha disputado el conjunto rojiblanco esta temporada. La tropa de Marcelino solo remató ocho veces, con un único disparo a puerta.

Si ante los madrileños apareció el fantasma de Falcao, siempre dispuesto a amargarle la existencia al Athletic; y contra el Valencia fue el de Marcos André, ayer los leones tuvieron que dar las gracias de que enfrente estuviera el Alavés. Menos mal.

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Es el número de veces en las que Marcelino García Toral ha repetido el once que dispuso anoche para enfrentarse al Alavés: Simón; Lekue, Vivian, Iñigo, Balenziaga; Berenguer, Vencedor, Dani García, Muniain; Raúl García y Williams. Una alineación que ya empleó ante Mallorca, Atlético y Valencia.