EL último recuerdo del Athletic en el Ramón Sánchez Pizjuán no puede ser más negativo, ni doloroso. La trascendencia de la cita era mayúscula y los rojiblancos no estuvieron a la altura. Lejos de ofrecer un rendimiento acorde al momento, con Europa en juego en una última jornada de liga en la que, a los leones, al igual que al Sevilla, les bastaba con un punto para sellar el pasaporte continental rumbo a las eliminatorias previas de la Europa League, los pupilos de Gaizka Garitano se diluyeron como un azucarillo. Ni siquiera el conjunto hispalense, pese a imponerse 2-0 con goles de Wissam Ben Yedder y Munir El-Haddadi, puso toda la carne en el asador para llevarse el partido. Lo hizo, con un incrédulo Joaquín Caparrós en el banquillo, por pura inercia y, sobre todo, por la falta de aptitud de un equipo que dio continuidad a los pobres encuentros completados previamente a domicilio.

Asomó en el Pizjuán la peor cara del Athletic, desdibujado, sin solidez alguna en el plano defensivo y sin mordiente en ataque. El destino, aun así, concedió a los bilbainos la opción de establecer el 1-1 cuando el partido agonizaba. "Sueño todavía con aquel larguero de Iñigo Martínez", acostumbra a repetir el presidente Aitor Elizegi al recordar la acción en la que el central, con todo a favor, estrelló el balón contra la madera para ver instantes después cómo el Sevilla ponía el definitivo 2-0 al contragolpe. Tumbados en el suelo mientras el Espanyol celebraba su inesperada clasificación continental, los de Garitano lamentaron lo ocurrido, un varapalo que aún retumba en el vestuario rojiblanco y que los jugadores dicen no olvidar de cara al encuentro del viernes.

A ello hizo referencia en la matinal de ayer en Lezama Iker Muniain, quien cuestionado por lo sucedido aquel desapacible 18 de mayo aseguró que "teníamos una bonita oportunidad de entrar en Europa puntuando y no lo hicimos. Nos dejó un mal sabor de boca después de la segunda vuelta que completamos y el partido del viernes es una buena oportunidad para reivindicarse y conseguir los tres puntos ante un rival directo que está arriba en la clasificación".

LESIONES Y VICTORIAS SIN PREMIO En el recuerdo de las últimas visitas al Pizjuán, además de lo ocurrido la pasada temporada, asoma la grave lesión de rodilla sufrida por el propio Muniain el 4 de abril de 2015 y la rotura que padeció también Raúl García el 9 de enero de 2016 en el ligamento lateral interno de su rodilla izquierda, percance que le mantuvo fuera de combate durante dos meses. La dificultad de salir del estadio sevillista con buena cara es tan pronunciada que los rojiblancos han lamentado, incluso, dos recientes victorias en feudo hispalense, pues ninguna sirvió para cumplir el objetivo.

En abril de 2016, en la vuelta de los cuartos de final de la Europa League, el Athletic venció 1-2 al Sevilla, pero cayó eliminado en la tanda de penaltis, mientras que el pasado 16 de enero, en el choque de vuelta de los octavos de final de Copa, el triunfo logrado (0-1) tampoco sirvió para cantar bingo, pues el equipo dirigido entonces por Pablo Machín había asaltado previamente San Mamés por 1-3. Hay que retroceder hasta la decimotercera jornada de la temporada 2011-12, con Marcelo Bielsa como técnico rojiblanco, para recordar la última salida alegre del Athletic del Pizjuán, donde los leones se impusieron entonces por 1-2 y donde, a las puertas de 2020, enlazan ahora cinco derrotas consecutivas sin un solo gol a favor en liga.