bilbao - Año nuevo, vida nueva. Habrá que ver si escarmentado por la experiencia de un año atrás acierta el Athletic a coger un ritmo que le libre de disgustos y agobios. Y habrá que ver también cómo le va la feria a cada futbolista. Gaizka Garitano posee un molde que fue diseñando entre diciembre y mayo, una formación tipo sobre la que depositó su confianza, y ante la ausencia de refuerzos contrastados cabe imaginar que, si no todos, la mayoría de quienes fueron titulares con él se halla ante una buena oportunidad para conservar dicha condición. Sobre todo, aquellos que vieron cómo su situación mejoraba con la salida de Eduardo Berizzo.

En términos generales y pese a que la temporada se dividiese en dos etapas, cada una con un técnico, no hubo grandes variaciones en la pizarra. El grueso de la formación fue el mismo con Berizzo y con Garitano. A las órdenes de ambos jugaron con asiduidad Yuri, Williams, Iñigo Martínez, Yeray, Herrerín (desde que tuvo el alta), De Marcos, Dani García, Muniain, Raúl García o Beñat. Se trata de los diez hombres que encabezaron en ese orden la lista de los más utilizados al cabo de los 42 encuentros que disputó el Athletic. Este primer grupo, casi una alineación al uso, se completaría con un segundo que incluiría a San José, Capa, Susaeta, Córdoba, Núñez y Aduriz, que asimismo tuvieron una cuota de protagonismo y son los siguientes en esa relación elaborada en base a la participación.

En el segundo grupo sí hay jugadores que vieron cómo su suerte cambiaba a consecuencia del relevo en el banquillo. La llegada de Garitano benefició claramente a Capa, por encima del resto, pero también a Córdoba, San José y a uno de los ubicados en el primer grupo, Raúl García. Este cuarteto albergaría motivos para alegrarse de la marcha de Berizzo. Es evidente si se observan sus trayectorias a lo largo del ejercicio 2018-19.

Por estadísticas, el más agradecido a Garitano ha de ser Capa. Mientras con Berizzo jugó solo dos veces de salida y en otras ocho ocasiones en segundas partes, con Garitano apareció en 16 alineaciones. Algún contratiempo físico le privó seguramente de elevar esos números, pero el salto que dio fue muy significativo y a día de hoy se perfila como el principal candidato al lateral derecho. Apoyándose en cifras semejantes, Córdoba fue otro de los que vieron con buenos ojos la apuesta por Garitano, que le eligió para empezar en quince partidos, cuando con Berizzo únicamente contó con una titularidad. Dio la sensación de que Córdoba pudo haber ido más lejos, pero la fuerte competencia, con muchos candidatos tanto para la banda derecha como la izquierda, le fue restando foco en favor de gente con más recorrido o nombre.

También San José, un diesel acreditado en esto de ir sumando partidos sin hacer demasiado ruido, fue a más con Garitano. En su caso, más que por titular por asiduo, ya fuera de inicio o como sustituto. Tuvo cuatro partidos de titular con Berizzo y diez con Garitano, que además le dio bola en la inmensa mayoría de las jornadas. Eso explicaría que se convirtiese en la undécima pieza más utilizada del plantel, muy cerca de Beñat, el décimo.

punto y aparte El tema de Raúl García merece un nuevo párrafo. Berizzo le empleó, es cierto, pero sin mucho convencimiento, de lo contrario no se entienden sus pasos por el banquillo, que fuese cambiado en unos cuantos duelos o que se le asignasen tareas diferentes a la de ejercer de media punta o enlace, que es donde marca diferencias y ha sido intocable desde que aterrizó en Bilbao. Las dudas apuntadas no afectaron al criterio de Garitano, quien le puso en su sitio siempre que le fue posible y desde la primera oportunidad. Esto supuso desplazar a la suplencia a Muniain, que venía actuando centrado por detrás del ariete en los últimos partidos de Berizzo y tampoco halló acomodo en la izquierda, donde de repente surgió el olvidado Córdoba. Luego, Muniain recuperó la demarcación que más le gusta debido a que Raúl García sufrió una lesión y se perdió el mes de enero, pero de febrero a mayo la apuesta fue Raúl García y Muniain estuvo unas veces por la izquierda y otras por la derecha, en lo que fue una de las sorpresas del curso, dado que se estrenó en un ala que no había pisado en una década.

Citados los futbolistas que ganaron con Garitano, uno de los que más perdió, quizás el que más a la vista de cómo acabó el asunto, fue Markel Susaeta. Estuvo entre los elegidos en muchas de las jornadas que dirigió Berizzo, hasta diez, pero luego su trayectoria se resintió. Con el técnico vizcaino fueron la mitad y pasó desapercibido en el último tramo del calendario. Susaeta fue la víctima de la concentración de bazas que Garitano barajó en el extremo diestro. El recién fichado Ibai Gómez alternó con un De Marcos reinventado como extremo ante el empuje de Capa y, en el mes y medio final, con Muniain. Susaeta disfrutó de una sola titularidad entre marzo y mayo, en el derbi de Mendizorrotza. Tampoco Balenziaga o Núñez salieron bien parados con el actual entrenador.