Francia asumirá en enero la presidencia de turno del Consejo de la UE con el objetivo de lograr una Europa más soberana, con un mayor control de sus fronteras y de su propia defensa y un modelo económico que concilie el crecimiento con la preservación del planeta. El jefe de Estado francés, Emmanuel Macron, adelantó ayer los ejes que guiarán hasta junio su liderazgo con la intención de pasar “de una Europa de cooperación” en el interior de sus fronteras a una “potente en el mundo” y “dueña de su destino”. Para ello no dudó en proponer una reforma del espacio Schengen para proteger mejor las fronteras exteriores de la UE, que incluya un “pilotaje político” de esta zona de libre circulación, y una revisión del marco presupuestario europeo de los acuerdos de Maastricht.

Europa, en su opinión, no podrá superar los desafíos climáticos, sanitarios, culturales o digitales que se le presentan apoyándose en reglas creadas en la década de los noventa, por lo que desea una “discusión estratégica” al respecto.

Entre las citas que permitan repensar el modelo económico en favor de uno que sea ejemplo de producción, pero también “de solidaridad y regulación”, estará la cumbre excepcional de jefes de Estado y Gobierno el 10 y 11 de marzo. Debemos definir juntos la Europa de 2030. La construcción de filiales industriales fuertes e integradas, el hidrógeno, las baterías, el espacio, los semiconductores, la nube, la defensa, la salud, la cultura y las industrias culturales y creativas estructurarán ese mundo”, dijo.

Impulso y potencia

Francia, que sucederá a Eslovenia al frente del Consejo de la UE y en julio pasará el relevo a la República Checa, asumirá esa labor bajo el lema “Impulso, Potencia, Pertenencia” y la ambición de lograr un marco presupuestario y financiero “creíble, simplificado y transparente” y un “verdadero mercado único para capitales”.

La coherencia impulsada en materia económica, en la que aspiró a avanzar en la directiva para garantizar unos salarios mínimos adecuados en la UE que eleve esos sueldos, se aplica también al sector defensivo.

Macron desea lanzar “un libro blanco de defensa y seguridad” que fijará las decisiones colectivas y la organización común en los nuevos “espacios de conflicto: el marítimo, el espacial y el cibernético”.

El presidente apostó además por una mayor regulación de las plataformas digitales con la intención de imponer la aplicación de medios para moderar los contenidos perjudiciales que alberguen y de reprimir las prácticas monopolistas. Su hoja de ruta de enero a junio incluyó igualmente una “revisión” de las relaciones con sus socios más inmediatos.

¿Presidente y candidato?

La presidencia francesa del Consejo de la UE llegará en pleno periodo electoral en Francia, de las presidenciales de abril a las legislativas de junio. Macron, a quien la oposición le critica por estar haciendo una campaña electoral encubierta, elude pronunciarse de forma clara sobre su eventual tentativa de renovar el mandato. “Me tomo esas preguntas como una muestra de afecto, casi como una petición”, bromeó en la conferencia de prensa de ayer.

Un sondeo de Le Figaro apuntaba ayer que hay más franceses que creen que la presidencia francesa de turno de la UE será más una ventaja para Macron (32%) que una desventaja (16%). Asimismo, seis de cada diez estiman que las propuestas que los distintos aspirantes hagan sobre Europa influirán en su voto.