bilbao - El PNV tildó ayer de "irresponsabilidad" las manifestaciones de Vox en las que sugería que el Gobierno vasco había dejado morir a los dos trabajadores sepultados en el vertedero de Zaldibar desde el pasado día 6. La polémica arrancó cuando Macarena Olona, diputada en el Congreso del partido liderado por Santiago Abascal, aseguraba que su formación condenaba "el racismo de Urkullu y del PNV" por haber "rechazado que los trabajadores Alberto y Joaquín tengan la ayuda de nuestra Unidad Militar de Emergencias (UME), aunque ello les cueste la vida".

El propio Abascal y Vox lanzaron más mensajes reforzando el discurso de su compañera. "Macarena Olona os ha descrito como solo podemos hacerlo los que os conocemos bien y de largo", rezaba Abascal, "pero no os ofendáis por actuar conforme a vuestra naturaleza, tan solo respondéis al impulso que inevitablemente nace de vuestro espíritu fundacional". En esa misma línea, la cuenta de Twitter de Vox definió al partido jeltzale como "calaña hispanófoba".

Este ataque de Vox tiene su origen en el supuesto rechazo por parte del Gobierno vasco al ofrecimiento de la UME a colaborar en el rescate de los trabajadores sepultados, cuestión que ya el lunes desmintió rotundamente la ministra de Defensa. Margarita Robles negó que la UME hubiera ofrecido su ayuda al Gobierno vasco, tal y como llegó a publicar un periódico bilbaino, y también que el Ejecutivo de Urkullu le hubiera pedido a este cuerpo que actuara en Zaldibar. La ministra recordó que, en todo caso, habría sido el gobierno autonómico el que hubiera tenido que solicitar la actuación.

Aitor Esteban utilizó también las redes sociales para salir al paso del ataque de Olona: "¡Qué irresponsabilidad! El problema no ha sido nunca la falta de medios. Las intervenciones han sido las adecuadas para la seguridad de la ciudadanía y de los equipos de rescate. Hablar de racismo y sugerir que se deja morir a los trabajadores sepultados muestra bien quién es Olona".

El PNV denunció que se insultase "gravemente" al lehendakari: "Que alguien ponga en tela de juicio los fundamentos éticos de Urkullu es, en cualquier lugar y circunstancia, una bajeza moral infinita, pero en Euskadi suena a chiste de mal gusto. Que lo haga la dirigente de un partido con los valores que defiende Vox supera el esperpento".