Bilbao - Los ertzainas que investigaron el caso de Kiara, asesinada presuntamente por su madre el pasado enero en Atxuri, descartaron ayer que existiera una tercera persona -un hombre- que obligara a la madre a matar a su hija, tal y como mantuvo la acusada en su declaración del jueves. “No creemos que exista esa tercera persona, no dimos credibilidad a esa versión”, testificaron ayer durante la segunda sesión del juicio que se celebra en la Audiencia de Bizkaia. La Fiscalía, la acusación particular y la acción popular consideran que la madre cometió un asesinato con alevosía y piden para ella prisión permanente revisable, mientras que la defensa pide la libre absolución, ya que la responsabilidad penal sería de esa tercera persona.

Los agentes que comparecieron en la vista oral celebrada ayer indicaron que la puerta de la casa no tenía ningún signo de haber sido forzada, al igual que tampoco observaron en el interior del hogar evidencias de que se hubiese producido una agresión. Los vecinos, según los ertzainas, no oyeron ni vieron nada. Los agentes afirmaron que investigaron a todos los hombres de la familia, entre otros, y todos tenían coartada, por lo que “no tiene sentido” la versión de la existencia de una tercera persona. Según relataron, la casa tenía “una organización caótica pero en un orden” y había “gran cantidad de fármacos”, la mayoría opiáceos. También localizaron una nota manuscrita de la madre en la que se leía: Estoy obligada a matar a mi hija y a suicidarme.

También testificó el médico psiquiatra que atendió a la madre cuando le retiraron la sedación en el hospital y relató que cuando se despertó preguntó por su hija pequeña y parecía desconocer que había fallecido. Aún así, durante su declaración el galeno mantuvo que no apreció “ni depresión, ni inclinación al suicidio” en la mujer y que en los análisis que se le practicaron se detectó, además de una gran cantidad de medicamentos, una droga denominada polvo de ángel (Fenciclidina), que finalmente resultó ser un falso positivo.

También se leyó un informe forense que indicaba que la mujer no presentaba alteraciones, ni paranoias, ni patologías psiquiátricas ni secuelas de una adicción a los opiáceos.- Efe