París - A escasos dos meses de que el divorcio más pactado de la historia europea tenga lugar, Boris Johnson, primer ministro británico, ha empezado a mover hilos para presentar su propio Acuerdo de Salida. De ahí que el premier británico haya empezado una ruta por Europa para reunirse con los principales líderes comunitarios y tratar de convencerles de su objetivo claro: cambiar el acuerdo para que no contemple la polémica salvaguarda irlandesa. Su ruta europea busca explorar esa posibilidad.

El presidente francés, Emmanuel Macron, advertía ayer, tras recibir a Johnson en el Palacio del Elíseo, de que aunque en el próximo mes se intente una solución alternativa a la salvaguarda sobre Irlanda, no se cambiarán “los equilibrios profundos” del acuerdo para el Brexit negociado durante dos años.

La canciller alemana, Angela Merkel, que lo recibió en Berlín el miércoles, había propuesto buscar en el plazo de un mes una solución distinta a ese mecanismo que pretende evitar el restablecimiento de una frontera entre las dos irlandas, pero ayer aclaró que “era una forma de subrayar el hecho de que queda poco tiempo” hasta el 31 de octubre, no un plazo exacto y cerrado.

Macron, por su parte, mostró su intención de no alejarse de la hoja de ruta marcada. “Voy a ser muy claro: En el próximo mes no vamos a encontrar un nuevo acuerdo de retirada que esté lejos de las bases” ya establecidas, aseveró Macron en una comparecencia conjunta antes de reunirse con Johnson.

El mandatario galo explicó que “nadie va a esperar” a la fecha programada para la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), el 31 de octubre, “sin tratar de encontrar una solución”. Pero subrayó que eso se hará “sin cambiar los equilibrios profundos del acuerdo de salida” que se tardó tanto tiempo en consensuar con la anterior primera ministra, Theresa May, que obtuvo el visto bueno “unánime” de los Veintisiete, y que “ningún país” puede pretender renegociar “solo”. Para Macron, el mecanismo de salvaguarda es “indispensable” para garantizar que se mantenga el acuerdo de paz de Irlanda firmado en 1998 y para “la integridad del mercado único”.

Pero el primer ministro británico se mantiene firme a su promesa de sacar a las islas británicas como muy tarde el 31 de octubre. Y después de la propuesta que le hizo Merkel el miércoles, todavía más, ya que abre las puertas al premier británico a buscar todos los apoyos y a ofrecer todas las ideas posibles para conseguir su pretensión. Ahora bien, incluso si se cerrase un acuerdo en el próximo mes, la realidad es que muchos dudan de que se pueda finalizar el proceso de ratificación en el Parlamento británico antes del otoño, lo que implicaría una prórroga técnica, corta, pero que obligaría al primer ministro a desdecirse.

Johnson reiteró ayer su rechazo a la salvaguarda porque a su parecer impide a su país salir realmente de la UE y desarrollar su propia política comercial al tener que mantener las reglas del mercado único por tiempo indefinido. Pero para tranquilizar a los Veintisiete, aseguró que “bajo ninguna circunstancia” el Gobierno británico volverá a restablecer una frontera entre las dos irlandas.

El premier británico se limitó a señalar que “existen soluciones técnicas”, ya que se podrían efectuar controles “electrónicos” de las mercancías que transiten entre las dos irlandas. Además, mencionó que algunos parlamentarios han hecho propuestas para que se puedan hacer verificaciones sin una frontera física. Pese al discurso de Macron, el primer ministro británico se esforzó en mostrarse optimista sobre las posibilidades de una alternativa a esa salvaguarda: “Creo que con la buena energía encontraremos un medio para avanzar”. Sin embargo, volvió a repetir que los británicos ya se pronunciaron por referéndum sobre el Brexit en 2016, que hay que respetar “las consignas de los electores” y que eso significa que el Reino Unido se irá de la UE el 31 de octubre “haya o no acuerdo”.

Macron indicó que él desde el principio había aceptado esa decisión soberana del referéndum, y por eso mismo delegó las responsabilidades de lo que ocurra -en particular en caso de un Brexit sin acuerdo- en su interlocutor. Los Veintisiete se preparan para “todos los escenarios”, también para ese, precisó. Recordó que aunque la UE se ha mostrado dispuesta a discutir de la relación futura con el Reino Unido, eso se había programado para después de cerrar el acuerdo de salida. También se mostró convencido de que el futuro del Reino Unido “sólo puede estar en Europa” porque “la geografía es testaruda”.

La ronda de contactos de Johnson para preparar el Brexit debe continuar en la cumbre del G7 que se celebrará de este fin de semana hasta el lunes en Biarritz, donde se espera que su primer cara a cara sea con el presidente Trump. El mandatario de Estados Unidos -con el que Johnson tiene una muy buena sintonía- no sólo es un ferviente defensor del Brexit, sino que ha prometido a Johnson la negociación de un “ambicioso” acuerdo comercial entre Reino Unidos y Estados Unidos.