BUENOS AIRES. El presidente argentino, Mauricio Macri, afronta una encrucijada ante el inesperado resultado de las primarias del domingo pasado que alejan sus posibilidades de lograr la reelección en los comicios del próximo octubre.

La apabullante victoria del candidato presidencial peronista Alberto Fernández, quien lleva como compañera de fórmula a la senadora y expresidenta Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015), con un margen de 15 puntos de ventaja sobre Macri, ha cambiado por completo el escenario político argentino. Macri, que espera ser el único presidente no peronista que logre desde el retorno de la democracia completar su mandato -que finaliza el 10 de diciembre- confiaba también en un resultado más parejo en las primarias, en las que una de las claves fue el voto de castigo al Gobierno por la crisis económica que atraviesa el país.

Visiblemente afectado, Macri reconoció el domingo su derrota antes de que se difundieran los resultados preliminares, y tras una rueda de prensa el lunes en la que se mostró enojado por su revés, del que llegó a culpar a los votantes, pidió finalmente el miércoles perdón por su reacción y anunció medidas para paliar los efectos de las turbulencias en los mercados.

“Lo que pasó el domingo es que la realidad mató el relato”, dijo a Efe el analista político Jorge Arias, de la consultora Polilat, quien consideró que tanto el macrismo como el kirchnerismo han hecho exactamente lo mismo: “alimentar el odio contra el otro”.

“El Gobierno terminó entrampado en su propia trampa. Ellos jugaron a que las acusaciones contra Cristina (quien afronta varias causas judiciales por presunta corrupción durante su Gobierno) fueran insuficientes para llevarla presa, pero suficientes para tenerla todos los días en la tapa de los diarios”, aseguró Arias. En su opinión, con esta estrategia el Gobierno pensaba que de esa manera seguían sosteniendo a Cristina Fernández “como líder opositora, pero en un sector fanático minoritario, y que impedían al mismo tiempo la construcción de algún espacio político alternativo diferente”.

Para Arias, el gran mérito de Alberto Fernández fue ir a hablar con Cristina, pese a su distanciamiento, para convencerla de que “sola no gana y sin ella no se puede”. La decisión de la senadora de ceder la candidatura presidencial a Alberto Fernández con ella de segunda ha conseguido lograr la unidad del peronismo y ha acabado sorprendiendo a propios y extraños con tanto apoyo popular en las primarias. Aunque la política argentina es el “territorio de lo imposible”, en opinión de Arias, así como de otros analistas consultados por Efe, “es muy improbable” que Macri consiga revertir su derrota en los comicios del próximo mes octubre. No obstante, Arias apuntó que el “Gobierno y muchos actores económicos y sus aliados internacionales están operando activamente para que se revierta”.

Los resultados de las primarias han desatado esta semana un terremoto financiero en los mercados locales en una reacción adversa de los inversores a la derrota del oficialismo. La Bolsa de Buenos Aires registró esta semana fuertes pérdidas, al igual que los títulos públicos, mientras el riesgo país se disparó, al igual que el precio del dólar.

Sobre estas turbulencias financieras, Arias consideró que ha habido una incapacidad y aún “una malicia del Gobierno” al menos en las primeras horas tras resultado de la elección al dejar “correr el dólar”, con lo que daba la sensación de que se “intentaba alimentar el caos para asustar mas”.

La cotización del dólar cedió terreno frente al peso sólo a partir de este jueves, después de que Macri dialogara el miércoles con Alberto Fernández y ambos se comprometieran a llevar tranquilidad a los mercados. En un cambio de rumbo de las políticas seguidas por su Gobierno, Macri anunció medidas para paliar los efectos de la crisis económica y las turbulencias en los mercados financieros.

Macri, que llegó al poder en diciembre de 2015 con la promesa de controlar la inflación y erradicar la pobreza, aseguró que las medidas que ha adoptado y que tienen un costo fiscal cercano a los 40.000 millones de pesos (unos 690 millones de dólares) se deben a que escuchó el mensaje de las urnas, y señaló que “van a traer alivio a 17 millones de trabajadores y sus familias”.

Pese a su derrota, Macri se ha mostrado dispuesto a dar batalla en los comicios de octubre, en los que además de las presidenciales se renovará parcialmente la composición del Congreso (130 escaños en la Cámara de Diputados y 24 bancas del Senado), se elegirá a tres gobernadores provinciales y al alcalde y legisladores locales en Buenos Aires.