Hong Kong - La tensión en Hong Kong sigue al rojo vivo después de que ayer los manifestantes volviesen a paralizar el aeropuerto de la ciudad y de que fuerzas policiales cargaran con dureza contra ellos para despejar las instalaciones.

Cientos de personas regresaron ayer al aeropuerto para continuar con su protesta, que pretende llamar la atención sobre la actual crisis política y la brutalidad policial.

Además, la Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos aseguró que hay evidencias de que las autoridades de Hong Kong aplicaron medidas antidisturbios de forma que contradicen las normas internacionales y pidió una investigación imparcial. “Se ha visto a agentes lanzando gases lacrimógenos directamente a manifestantes, sobre muchedumbres y zonas cerradas, con graves riesgos de provocar heridos o muertos”, destacó el portavoz de la oficina, Rupert Colville.