BRUSELAS. La tendencia en el Viejo Continente es clara. La extrema derecha vuelve a asentarse en varios Parlamentos nacionales. Pero en algunos países el logro es aún mayor y ya han conseguido instalarse en el Gobierno. Es el caso de Estonia, la pequeña república báltica, que se une al club de Estados miembro de la UE, algunos con trágicos recuerdos de su anterior irrupción, que vuelven a contar con fuerzas ultraconservadoras en su Ejecutivo como Austria, Dinamarca o Italia.

Un giro de guión ha provocado la entrada de la extrema derecha en el Gobierno estonio. El consenso entre las diferentes fuerzas políticas de la república báltica era claro antes de las elecciones que tuvieron lugar el pasado mes de marzo, la extrema derecha no podría formar parte del próximo Ejecutivo del país. Sin embargo, el resultado de los comicios resultó en un Riigikogu, única cámara de representantes de Estonia, muy fragmentado y que obligaba a la creación de alianzas para formar Gobierno.

La incapacidad para alcanzar algún tipo de coalición de Kaja Kallas, líder de Reforma (ALDE) y vencedora de las elecciones, ha abierto las puertas del Ejecutivo estonio a Juri Ratas, anterior primer ministro. Gracias a un acuerdo con los conservadores de Isamaa y la extrema derecha de EKRE, Ratas repetirá en el cargo de jefe de Gobierno a pesar de ser segunda fuerza en unas elecciones en las que partía como favorito.

Centro, el partido que dirige Ratas, ha logrado una mayoría de 56 escaños de los 101 que conforman el Parlamento nacional estonio gracias a los 19 diputados de EKRE, el partido que dirigen Mart y Martin Helme, padre e hijo. Ambos líderes formarán parte de la primera línea del Ejecutivo nacional. En la ceremonia de posesión del Gobierno, celebrada este lunes en Tallin, Mart Helme juró el cargo como nuevo ministro de Interior del país mientras que su hijo Martin hizo lo propio con el cargo de ministro de Finanzas. Confirma además la tendencia de las fuerzas ultraconservadores hacia las carteras de Interior que controlan los temas migratorios y de seguridad. Los Helme asumen así la responsabilidad de dos carteras clave en la próxima legislatura de la ex república soviética. Beneficiados por el descontento que la crisis económica ha provocado en las regiones más rurales del país, estos dos declarados seguidores de Donald Trump han conseguido introducir su agenda xenófoba, nacionalista y homófoba en el debate nacional.

De hecho, durante la campaña electoral solicitaron un referéndum sobre la pertencia de Estonia a la Unión Europea y calificaron el matrimonio homosexual como un “atentado contra la tradición del matrimonio en Estonia”. Sin embargo, su marcado antieuropeísmo ha encontrado hueco en un proyecto común a nivel comunitario de cara a las elecciones europeas del próximo mes de mayo. EKRE es uno de los miembros de la alianza de extrema derecha propuesta por el italiano Matteo Salvini.