Lauaxeta un periodista francésisitar cómo quedó Gernika tras ser bombardeada por los nazis. Aquel vehículo tuvo un chófer que se llamaba Leandro Rike

El propio jefe de la entonces denominada Ertzaña Igelituta (Ertzaña motorizada), José María Picaza, no citaba a Rike en las entrevistas que le hacían. Lo declaraba así: “En aquellos tiempos, yo era el responsable de la evacuación de Gernika. Escapé a la muerte por milagro. La cosa sucedió así: Un día llegó el gran poeta Lauaxeta, acompañado por un periodista. Querían hacer una visita a lo que quedaba de Gernika tras el bombardeo. Quedé en acompañarles yo mismo, pero cuando iba a subir a su coche, me pasaron un aviso urgente del Estado Mayor, un parte de gran importancia. Partieron ellos solos, y fueron capturados por el enemigo y fusilados”.

La familia de Rike, por su parte, lamenta esa falta de información sobre Leandro en los anales de la historia y hemeroteca. Dos de las personas que también han reivindicado el papel durante aquel aciago día del chófer son el exsenador jeltzale Iñaki Anagasti y el director del Museo Memorial del Cinturón de Hierro de Berango, Aitor Miñambres.

Gracias a ellos la figura de este hombre que pudo exiliarse a Venezuela mantiene la llama en los medios de comunicación. Y como curiosidad que añadir, Leandro fue familiar del actual alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, quien tiene como segundo apellido Rike. Leandro era primo carnal de la madre del regidor de la capital vizcaina.

A diferencia de Lauaxeta y el cronista galo, Leandro Rike no fue capturado por el bando sublevado contra la legítima Segunda República ni fusilado. Anasagasti, quien conoció al vizcaino, pone en valor a DEIA su vida. “La vida de Rike es de película y no solo porque fuera el chófer de Lauaxeta y el capítulo vivido en Gernika cuando se tuvo que escapar a punto de ser capturado. Su vida en Venezuela fue muy importante”, subraya, y continúa con su valoración: “Él formaba parte del Centro Vasco de Caracas y estaba allí en la inauguración del nuevo centro en 1950. Fue importante su relación con el lehendakari Aguirre y el histórico jeltzale Jesús de Galíndez”. A juicio de Anasagasti, es “una pena” que a día de hoy no tengamos más datos de “una personalidad tan interesante”.

Aitor Miñambres ha tratado de recomponer lo poco que se sabe de la biografía de aquel chófer que según transmite el de Berango nació en Fika en 1912, sorprendiéndole la guerra con 24 años. Siguiendo sus convicciones, se alistó en Euzko Gudarostea, siendo destinado como conductor, pasando a ser el chófer de Esteban Urkiaga, Lauaxeta. “Por esas fechas, el genial poeta de Mungia desempeñaba el cargo de comandante de Intendencia, además de realizar importantes cometidos en el área de Prensa y Propaganda”, ilustra Miñambres.

Tres días después del bombardeo de Gernika, el 29 de abril de 1937, Leandro Rique trasladó en su automóvil a Lauaxeta y a corresponsales franceses del diario La Petite Girondepor la Legión Cóndor alemana, “pues la prensa franquista negaba la agresión aérea y culpaba a los propios vascos de la destrucción”. Una vez allí, aunque Lauaxeta y los cronistas fueron capturados por las tropas franquistas que acababan de entrar en las ruinas de la ciudad, Rike salvó su vida. “Leandro fue la última persona que vio vivo y en libertad a Lauaxeta, pues este fue fusilado dos meses después en Gasteiz el 25 de junio de 1937”, detalla, aportando una curiosidad más. En la película de 1987 A los cuatro vientos, dirigida por José A. Zorrilla, Xabier Elorriaga da vida a Esteban Urkiaga Lauaxeta y Ramón Barea a Leandro Rique, quien en el film se llama Genaro.

Una vez perdido Bilbao y el Norte republicano, Leandro continuó como chófer de la minoría parlamentaria vasca (PNV) destinado en Villa Endara, en Anglet (Lapurdi). Posteriormente, en 1939, comenzada la II Guerra Mundial, consiguió llegar a Venezuela desde Francia en el barco Cuba, donde su vida comenzó de nuevo en el exilio, trabajando como mecánico. A su vuelta a su querida Euzkadi, murió en 1988 con 76 años.

Miñambres ha recibido de la familia los utensilios utilizados por Rike para el “enmascaramiento de su automóvil”. Y es que durante la guerra, los conductores además eran mecánicos y se ocupaban de todas las necesidades del vehículo, “tales como ocultarlo de la vista de los aviones enemigos, para lo cual cortaban ramas, valiéndose de pequeñas herramientas”, aporta Miñambres quien agradece al hijo de Leandro, llamado Guria Rike, su “generosidad” para poder mostrarlos en el Museo Memorial del Cinturón de Hierro de Berango.

Se trata de un conjunto hacha-cuchillo desmontable Case-XX, de patente norteamericana de 1935, disponible en las ferreterías de Bilbao un año más tarde, “sin duda una pieza única que a partir de ahora podrán contemplar las personas que nos visiten”, concluye Miñambres.

Comenzada la II Guerra Mundial, Rike alcanzó Venezuela desde Francia , donde su vida comenzó de nuevo en el exilio