H ACE solo seis meses que el restaurante Amaren abrió sus puertas en la bilbaina calle Diputación. Un corto tiempo que, sin embargo, ha sorprendido a sus responsables por la excelente acogida que ha tenido este moderno, elegante y concurrido local. ¿Su secreto? Experiencia, dedicación, calidad y una oferta diferenciada. “Queríamos inaugurar haciendo una propuesta diferente, ofreciendo una carta especializada en carnes a la brasa cuya procedencia fuera solo producto vasco y del resto del Estado”, señala Aitor Parte, jefe de compras del establecimiento. Y es que, en su opinión, no es chuletón todo lo que se vende.

“El País Vasco tiene mucha fama de servir buen chuletón, pero la realidad es que un porcentaje muy alto de las chuletas y la carne que se consume en Euskadi son de importación”, puntualiza este hostelero”.

Por ello, en el restaurante Amaren han apostado fuerte, muy fuerte, por la calidad. Tan fuerte como lo eran los dos magníficos bueyes frisones que el pasado martes fueron sacrificados tras batir un récord de peso en el matadero de Laudio, el único activo en Bizkaia y Álava. Y es que Beltza y Pinto, criados en las faldas de Artxanda por el ganadero Jon Ander Zornotza, se sorprendió al descubrir que sus hermosos bueyes rondaban la tonelada en canal por cabeza -918 kilos uno, y 902 el otro-, dos cifras insólitas. Y en Amaren han puesto toda la carne en el asador para que los chuletones y solomillos de estos bueyes -mimados y alimentados con maíz, cebada, algo de compuesto y hierba fresca-, estén en la mesa de su restaurante.

“Ya teníamos acordado con este criador que queríamos adquirir los bueyes para nuestra carta, porque es una garantía de que a nuestros clientes les llega el mejor producto”, explica Parte. Y lo suyo les ha costado, ya que el precio por cada res ha sido de 20.000 euros. “Ofrecer lo mejor sale caro y deja poco margen de ganancia, pero la satisfacción de contar con este producto de primera calidad es el mayor aliciente”.

Así, carne de primera en forma de chuletones solomillos, costillas o hamburguesas es lo que se podrá degustar en este joven restaurante “en mes y medio o dos meses, cuando estimemos que es el momento adecuado de maduración”, aclara Parte, aunque hay que señalar que ya se aceptan reservas. No es la primera vez que hasta Amaren llegan las mejores chuletas, y prueba de ello es que en su carta se han ofrecido las chuletas del buey que hace cuatro meses batió el récord de peso en canal en el matadero de Vitigudino (Salamanca). Con estos antecedentes, sentarse a la mesa del Amaren es garantía de llevarse a la boca las mejores chuletas del mercado estatal.

Frescura Para ofrecer una carne fresca y en su punto de maduración, en sus instalaciones cuentan con modernos sistemas de refrigeración. “En el caso de Beltza y Pinto tenemos la colaboración del criador, ya que posee una infraestructura perfecta para su conservación. Cada día le pedimos las piezas en función de la demanda. De no contar con esta ayuda para dar salida a unos bueyes de este peso no sería viable comprarlos”, explica Parte. “En Amaren elegimos las mejores piezas para la brasa -nuestra especialidad-, y chuletas y solomillos son los más demandados. Sin embargo, en otros restaurantes de nuestra cadena se cocina el resto de piezas para filetes, redondos, estofados, etc.”