EGUNDO municipio más poblado de Bizkaia tras Bilbao, capital de Ezkerraldea y secularmente ligado a la industria, Barakaldo también tiene su vertiente verde y natural, sin casi salir del casco urbano ni necesidad de acercarse a El Regato. Sus dos rutas más atractivas y cercanas son el entorno del Palacio Munoa y su jardín botánico.

Barakaldo es ejemplo de paisajes variados, de la ría a la montaña, además de su vertiente urbana dominada por el asfalto. Su preocupación por añadir y adecentar zonas verdes para pasear, como por ejemplo el parque situado en el entorno de la kultur etxea Clara Campoamor, se evidencia en los dos puntos verdes más importantes que ofrece sin contar con Errekatxo, conocido como el pulmón verde local.

Los amantes de los parques y jardines pueden acercarse a dos escenarios importantes, por un lado el Palacio Munoa, uno de los lugares históricos de la localidad, y por otro, el jardín botánico, con una superficie de 65.000 metros y que ha contribuido a regenerar una de las zonas de expansión del municipio, en la muga de los barrios de San Bizente y Zuazo.

mañana y tarde

Quien se acerque a visitar ambos puntos pueden dedicar la mañana a realizar un paseo por los jardines del Palacio Munoa, visita en clave botánica, en uno de los escenarios históricos de Barakaldo, ligado al empresario Horacio Etxebarrieta, fundador de grandes empresas como Iberia o Saltos del Duero, entre otras. Esta visita al jardín sito en Lutxana, que cuenta con 652 árboles y un centenar de arbustos, así como dos estatuas y cuatro bancos decorados con escenas del Quijote, traslada al visitante al esplendor de épocas pasadas.

Posteriormente y haciendo uso del metro diseñado por Norman Foster, se puede uno acercar al centro urbano para visitar la Herriko Plaza, donde se sitúa el Ayuntamiento y la zona de más tránsito de la localidad. Para comer, bien de pintxos en la calle Zaballa, la zona de ambiente del centro, o en un restaurante de Euskadi Gastronomika.

Y la tarde se puede dedicar a visitar el jardín botánico local, que está ubicado en San Bizente, barrio al que se puede acceder andando en escasos minutos desde el centro. Diseñado por Ángel de Diego Rica, se observan en él más de 300 especies leñosas y una gran variedad de especies herbáceas, distribuidas en sectores perfectamente diferenciados.