BILBAO. Fue el rey de los ochenta, una década en la que revolucionó el modo de escuchar música... Hoy es un cuarentón casi desconocido por la mayoría de los jóvenes, aunque muchos de sus padres aún conservan como oro en paño, aquel walkman que les permitió soñar con los ojos abiertos durante su juventud. Su aparición en los últimos estertores de la guerra fría rompió todos los moldes: se podía caminar, correr o incluso patinar mientras se escuchaba música sin molestar a nadie.

La era digital supuso la muerte de aquellos walkman de cinta de mercurocromo que comenzó a fabricar Sony. Luego Surgieron nuevos modelos, más potentes, con mejor sonido, más adaptados para llevarlos encima. Los primeros pasaron a ser piezas de museo:

"No estoy seguro de qué... qué clase de futuro hay para el walkman. Aunque hay un resurgimiento de los casetes de audio en la cultura de la música underground en este momento. Así que el walkman podría volver a la escena, al menos para la música underground".

Aunque los walkman desaparecieron de las vidas de millones de personas, la música nunca volvió a ser la misma