Hace semanas que veníamos anunciando que las empresas se tenían que plantear hacer una revisión de sus sistemas para dar la posibilidad a los trabajadores de quedarse en sus casas gracias a la opción del teletrabajo. La mayoría nos respondían que de momento no era necesario pasar esos test de estrés y que si las cosas iban a peor ya se organizarían para poner en marcha ese tipo de medidas. Por desgracia esa situación ya está aquí y lo primero que hemos visto es que muy pocas empresas cuentan con un plan de contingencia en este sentido y muy pocas están totalmente preparadas para que toda su organización pueda trabajar en remoto. Muchas compañías siguen pensando que el teletrabajo consiste en que alguien con un ordenador y una conexión a Internet esté trabajando desde casa, pero es mucho más complejo que todo eso. El software que se utiliza en esa compañía tiene que estar preparado para ello, en muchas ocasiones las licencias de software solo se pueden utilizar para los ordenadores que están conectados directamente en la red de la compañía y los problemas de seguridad y de hackeo se pueden multiplicar si no se hacen bien las cosas.

Conviene tener también en cuenta los aspectos psicológicos del teletrabajo. No todas las personas son capaces de rendir de la misma forma si están aisladas de su equipo. Es verdad que para una gran parte poder trabajar desde casa, poder estar aislado de los ruidos o poder poner la música a su aire o dejar de viajar puede ser algo que le haga elevar su producción. Y al contrario, las múltiples distracciones que tiene un hogar y, sobre todo, no todos tenemos un cuarto o despacho de trabajo en el que aislarnos de la familia y tener la concentración suficiente como para poder disponer de ocho horas, como las que tenemos en nuestros centros laborales. Si nuestro aislamiento es meramente preventivo y nuestra empresa está preparada para permitir que nos quedemos en casa, seguramente tendremos que poner a prueba nuestra capacidad de desarrollar de esta nueva manera nuestras capacidades laborales.

Pero qué ocurre si tu aislamiento se debe a que tienes la enfermedad y la cuarentena te impide salir de casa. La tecnología también puede ayudar a estas personas haciendo que las tomas de temperatura y el envío al centro de salud que lleve tu control se puedan realizar de forma remota, sin poner en riesgo a los facultativos o la ingente cantidad de dinero que puede mover los desplazamientos por todos los domicilios de los infectados. Si fuera por mí, ya estaría mandando crear una app que de alguna forma pudiera ayudar a llevar el control de los pacientes que están en cuarentena en sus casas.

Una de las labores de investigación que se están llevando a cabo es el de descubrir quiénes son los pacientes cero de cada contagio. La respuesta, como muchas otras veces, la podemos encontrar en nuestros teléfonos móviles. Yo al menos tengo activada la opción que permite a Google Maps almacenar con fecha, hora y minuto, todos los puntos que he visitado a lo largo del día y solo yo puedo consultarlo mediante el Historial de Ubicaciones. Si los pacientes dan permiso, a través del estudio y comparación con las diferentes cronologías podemos dar con cuál ha sido el origen del contagio. De nuevo, conocer y aprovechar la tecnología puede ayudarnos en gran medida a hacer que esta epidemia se pueda resolver lo más pronto posible y que después apliquemos lo aprendido. Igual el teletrabajo ha venido para quedarse.

@juandelaherran