bilbao - La periodista vasca será la encargada de contar la actualidad desde Euskadi. Es un rostro conocido en Cuatro tras su paso por el programa 21 días. En su currículo laboral también cabe destacar su paso por Euskal Telebista como presentadora y también como reportera. No siente que la cadena pierde al suprimir los informativos habituales. El viernes terminaron las dos ediciones diarias: “La oferta informativa no desaparece, cambia pero no se va”, dice con rotundidad y emocionada ante su nueva perspectiva profesional.

¿Cómo ve su trabajo en ‘Cuatro al día’?

-La figura que represento yo es la de corresponsal, vamos a ser seis corresponsales en el programa en distintos puntos del Estado y yo estoy en el País Vasco y llevaré también las comunidades autónomas limítrofes: Navarra, Cantabria, La Rioja? Mi papel es acercar todas las historias que ocurran aquí, de actualidad y reportajes más atemporales. Se quiere que la audiencia de cada territorio sienta Cuatro al día muy cercano.

¿Cómo surgió la oportunidad de estar en el equipo de corresponsales?

-Mi relación con Cuatro siempre ha sido muy cercana, he mantenido el contacto con ellos después de salir de 21 días. Me pareció una oportunidad fantástica, es un programa nuevo, el equipo de profesionales es excelente y me ofrecieron ser corresponsal, algo que no he hecho hasta ahora.

La veo muy satisfecha.

-No lo digo por decir, es lo que siento. Al vivir en el País Vasco, el proyecto me pareció muy interesante. Combinaba el reto de un programa diario y en directo con estar en mi tierra, el lugar donde está mi familia. Es un espacio donde sé que voy a tener que resolver los temas con mucha rapidez.

En Euskal Telebista también ejerció como reportera.

-Sí, pero hay alguna diferencia entre Cuatro al día y Sin ir más lejos, el último programa en el que trabajé en ETB. Mi papel no era tratar temas del día. Los temas quizá eran más atemporales, en este caso vamos a ir muy centrados con la actualidad del día a día; habrá conexiones en directo con los temas que tengan un punto de interés común con el resto de los programas.

Ahora se ha lanzado hacia un periodismo más convencional. ¿Ha desaparecido la Adela Ucar a la que le gustaba la aventura y se enfrentaba a retos con ‘21 días’?

-Creo que esa Adela sigue aquí mismo. Es un programa distinto pero también esto va a ser una aventura, al menos para mí. Van a ser reportajes diarios, moviéndome en un territorio enorme y teniendo que sacar historias adelante de hoy para hoy? Si esto no te parece una aventura, ya me dirás. Los formatos son distintos unos de otros y son también las oportunidades que te van surgiendo. Esta oportunidad me coloca aquí y no quiere decir que si más adelante surge otro tipo programa no coja los trastos y me vaya a él.

Pero sí que ha dejado atrás el mundo viajero que tanto le atraía.

-Aún me sigue atrayendo un montón. Pero la etapa en la que he estado haciendo trabajos de plató también la he disfrutado mucho. No me cierro a nada en televisión.

Visto con perspectiva, ¿diría que ‘21 días’ fue una aventura loca?

-No, qué va. ¿Locura? Fue una aventura maravillosa, fue la grandísima oportunidad que me ha dado la televisión.

¿No se sintió demasiado expuesta?

-No se piensa. Todo lo que guardo de aquella experiencia es positivo. Fue muy duro a nivel emocional, pero el aprendizaje profesional y personal de esos cuatro años que estuve en 21 días fue enorme. Juzgando con perspectiva, tengo que decir que fue una etapa magnífica y, de alguna forma, estoy aquí gracias a ese programa. Estoy feliz, quiero trabajar en televisión durante muchos años y quiero afrontar nuevos retos.

¿Esto era lo que soñaba cuando estudió Periodismo?

-Lo que soñaba, lo logré cuando tenía 27 años. Mi sueño era hacer programas de viajes y eso lo conseguí muy al principio de mi carrera profesional. Luego llegó 21 días, era lo que no esperaba y nunca soñé. Fue un tren al que me quise subir y que también me trajo unas experiencias inesperadas y maravillosas. Fue un viaje profesional impresionante. A partir de toda esta experiencia mis sueños han ido evolucionando y creciendo, quizá no sean exactamente iguales a los que tenía cuando estaba en la universidad pero estoy muy satisfecha del camino que he recorrido.

Se va a pasar el día en busca de la actualidad en Euskadi. ¿Le gusta más la calle que el plató?

-Me gustan las dos cosas. Pero también te digo que me gustaría presentar programas en plató. Me gustaría, en el futuro, tener un papel más de presentadora que de reportera, quizá porque este papel llevo tiempo haciéndolo.

Parece más vivo el de reportera que el de presentadora.

-Pienso que los dos son muy interesantes y muy importantes en la televisión. Algún día me gustaría presentar un programa en el que pueda aportar todas las experiencias que he acumulado como reportera.

Volvamos a ‘Cuatro al día’. ¿Hay predilección en el equipo que lo va a hacer por alguna sección en especial?

-Está abierto a todo lo que pueda interesar a la audiencia de Mediaset, pero con la intención de atraer a las audiencias de otros canales. La temática va a ser muy abierta, hay actualidad y también secciones para temas de medio ambiente, de consumo, de estilo de vida, de salud? Es un programa muy largo, son tres horas. Una vez que hagamos repaso de los temas del día, el programa tendrá cabida para ahondar en otras cuestiones que nos interesan y nos afectan a todos.

¿Qué temas le motivan más a usted?

-Los sociales, los que afectan directamente a las personas y en los que tengo la oportunidad de hablar con la gente. Me gustan aquellos en los que la gente de la calle me cuenta sus problemas del día a día y yo puedo darles visibilidad. Soy una apasionada de la Naturaleza y me afecta mucho todo lo relacionado con el medio ambiente; también me interesan la artesanía, la cultura, las tradiciones, los hábitos de vida saludable.

Tienen una competencia dura.

-Cierto. El reto es muy grande, pero estamos con mucha ilusión, con energía. Contamos con el respaldo de la cadena para darle un tiempo a este programa, para dejar que las cosas se vayan asentando.

‘Cuatro al día’ es el único programa informativo que va a tener una cadena generalista como Cuatro. El viernes terminaron los informativos puros y duros.

-Es la gran apuesta de Cuatro. El formato es nuevo y va a ser, además del reto, una puesta en escena informativa muy interesante. Cuatro al día es darle la vuelta a la oferta informativa de la cadena. En el equipo hay gente que ha estado trabajando en los informativos del canal.

Pero que desaparezcan los informativos?

-La oferta informativa no desaparece, con Cuatro al día cambia pero no se va. Pienso que va a ser interesante para todos ver cómo funciona. Cuatro va a seguir teniendo actualidad y hay mucha gente involucrada en este proyecto para que funcione.

Tiene una hija pequeña, Olivia?

-Ya no tan pequeña, tiene 5 años y mucha ilusión por verme en televisión. Era muy pequeña y no se acuerda de lo último que hice. Verme en pantalla será nuevo para ella porque nunca le he puesto mis programas, pero pregunta por ellos. Algún día me sentaré con ella y los veremos juntas en vez de una película de Disney.

¿Va a poder conciliar vida personal y profesional?

-Nunca llueve a tu gusto en esta profesión. Es muy difícil controlar el grifo del trabajo, o estás a tope o estás parada. He pasado una temporada en la que he tenido mucho tiempo libre, he estado muy encima de mi niña y de mis cosas, ahora me va a tocar una etapa de mucho trabajo, pero lo tomo con ilusión y con energía. Tengo un marido estupendo que está al pie del cañón: siempre que yo no llego, él está ahí.