Una operación conjunta entre la Guardia Civil y la Policía Nacional ha logrado desmantelar a un grupo criminal dedicado al tráfico de drogas en el Estado, el cual introducía cocaína a través de equipajes de viaje que llegaban al aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas.

La investigación comenzó en abril del año pasado. Fue entonces cuando la Guardia Civil detuvo a una persona que llevaba dos maletas procedentes de un vuelo de Santo Domingo con 52 kilos de cocaína en su interior. El pasajero no llegó al Estado en ese vuelo, sino que entró al aeropuerto con la presunta intención de viajar a Bilbao.

Las pesquisas de ambos cuerpos policiales confluyeron con otra investigación sobre estas mismas personas bajo el nombre de Operación Ghost Air.

Modus operandi

El grupo criminal introducía la droga con una persona captada por el grupo que accedía al interior de las terminales del aeropuerto con un billete de vuelo de bajo coste. Ya dentro, una persona que se hacía pasar por agente policial le acompañaba hasta la zona de recogida de equipajes. El mismo individuo recogía las maletas con droga en su interior y el supuesto policía le acompañaba hasta la salida.

Las indagaciones policiales han logrado identificar a cinco personas encargadas de retirar las maletas en hasta siete envíos diferentes desde América del Sur hasta el aeropuerto madrileño. Además, el grupo criminal captaba a mujeres jóvenes que transportaban el dinero en vuelos a Lanzarote y desde allí, junto a otro colaborador, llevaban el dinero a bancos de países que no formen parte de la Unión Europea.

En noviembre del año pasado se arrestaron a cuatro hombres y una mujer, a los que se les imputaron delitos contra la salud pública por tráfico de drogas, blanqueo de capitales y pertenencia a un grupo criminal. Al mismo tiempo, las autoridades judiciales permitieron el registro en tres domicilios en los que se incautaron 150.000 euros en efectivo, un arma corta simulada, documentación relacionada con la investigación, una cartera de criptomonedas, terminales telefónicos y un chaleco y placa que usaba un sospechoso que hacía pasarse por perito judicial.