En un mundo cada vez más consciente de la importancia de la salud y el bienestar, la relación entre los alimentos fermentados y la salud intestinal se ha convertido en un tema de gran interés. Para comprender esta relación, es esencial conocer qué es y cómo funciona nuestra microbiota intestinal. Se trata de una comunidad diversa de microorganismos que habita en el intestino y es clave para el sistema inmunológico, digestión, síntesis de vitaminas y regulación del metabolismo.
Sin embargo, el estilo de vida moderno, con hábitos poco saludables y dietas desequilibradas, podrían dañar nuestra microbiota y en consecuencia, nuestra salud. En este contexto, el doctor Francisco Tinahones, catedrático de Medicina en la Universidad de Málaga y jefe del grupo del CIBEROBN en el Hospital Virgen de la Victoria de Málaga, señala qué hábitos podrían generar un impacto potencialmente positivo en el equilibrio de la microbiota intestinal. Esto incluiría una correcta alimentación que incorpore el consumo de alimentos fermentados, lo que podría ayudar en la búsqueda del bienestar desde dentro hacia afuera.
Según el especialista, la dieta se encuentra entre los factores que más influyen en el perfil de la microbiota intestinal, aquel conjunto de microorganismos como bacterias y levaduras que se alojan en el intestino humano. La microbiota intestinal tiene una gran relevancia para nuestro metabolismo, dado que diferentes estudios la relacionan con el desarrollo de las enfermedades metabólicas, diabetes y obesidad.
Dieta Mediterránea
El experto explica que “la microbiota intestinal, al ser susceptible de ser modificada mediante la dieta, desempeña un papel vital en nuestra salud. Para mantener un estado óptimo de bienestar, se recomienda seguir un patrón de estilo de vida saludable, como la Dieta Mediterránea”. También es esencial la realización de ejercicio físico de manera regular y el consumo de una cantidad adecuada de líquidos.
“Existen más de 4.000 polifenoles naturales –sustancias de origen vegetal con poder antioxidante–, e incorporarlos a nuestra dieta puede ayudar a paliar los efectos de un estilo de vida estresante, sedentario y sobrealimentado”.
Algunos de los alimentos más ricos en polifenoles son las frutas, verduras, cereales, frutos secos o las bebidas fermentadas. “La Dieta Mediterránea contempla el consumo moderado de bebidas fermentadas siempre y cuando se acompañe de alimentos”, concluye.