BIEN sea durante el fin de semana o aprovechando las ya inminentes vacaciones de verano, el Valle de Arberoa, ubicado en Iparralde, es el lugar adecuado para recargar las pilas en una zona rural y rodeada de bosque, tal y como nos proponen desde Pays Basque. Allí se puede conectar con la belleza del Pirineo y descubrir la fascinación milenaria de las famosas cuevas de Isturitz y Oxocelhaya. Y los txikis de la familia también cuentan con actividades específicas para su disfrute.

Diferentes imágenes de los atractivos del valle: cuevas, granjas... | FOTOS: PAYS BASQUE

Viajar hasta el valle de Arberoa, en el Departamento de Pirineos Atlánticos, implica dejar atrás el ajetreo diario y disponerse a practicar actividades relajadas y tranquilas durante el tiempo que dure la visita. Con límite al norte con La Bastide-Clairence, al sur con Irissarry, al este con el Valle de Nive y al oeste con Labort, Arberoa completa un recorrido pirenaico que puede incluir también a pueblos más conocidos como Sara, Ascain y Ainhoa. Las localidades que forman parte de este valle de Iparralde son Ayherre, Isturits, Méharin, Saint-Esteben y Saint-Martin-d’Arberoue.

El valle de Arberoa permite al visitante conectar con la belleza del Pirineo. El monte Eltzarruze, de algo más de 400 metros de altitud, bien merece un paseo hasta su cima o hasta los senderos que atraviesan sus faldas. Junto a las cimas de Lerdatze (390 metros) y Atchapuru (409), conforma un pequeño cordal de discreta altitud pero que debido a su situación, descolgado en cierto modo del macizo pirenaico, ofrece a quien lo ascienda una abierta panorámica.

Arberoa, el valle de Iparralde para recargar pilas

También resulta obligado después conocer las cuevas prehistóricas de Isturitz y Oxocelhaya, ambas superpuestas y declaradas Monumento Histórico. En su interior, sin apenas moverse, se puede viajar 80.000 años en el tiempo hasta los primeros vestigios de presencia humana en el valle. En ambos casos, las visitas a las dos cuevas son guiadas.

Isturitz es mundialmente conocida por los arqueólogos por sus objetos de arte y sus grabados rupestres. Debajo, Oxocelhaya es una grandiosa cueva santuario, famosa por sus espléndidas concreciones milenarias. En ambos casos ofrecen un mundo subterráneo mágico repleto de estalactitas, estalagmitas, columnas, cascadas y drapeados.

Además, la visita a Arberoa permite al turista acercarse a la vida de los pastores y a la calidad de todos sus productos de denominación de origen.

En las diferentes granjas que acoge el valle, entre ellas la de Agerria, se puede disfrutar también tanto de los animales como de sus productos locales en forma de quesos de oveja Ossau Iraty y los jamones, chorizo y salchichas de Kintoa.

Para los txikis

Para los más pequeños de la familia, junto a las visitas guiadas por las cuevas o entre los animales que corren en libertad entre verdes colinas, los ponis de Ttikientzat les permitirán cabalgar el valle a un ritmo lento. Es bastante recomendable conocer a los visitantes del valle dando un paseo por el auténtico pueblo de Saint-Martin d’fArberoue, paseando en bicicleta o a caballo.

La estancia permite rodearse de naturaleza gracias a las casas rurales y B&B que se diseminan por este valle boscoso y rural. Sus propietarios llevan a cabo una gestión eco-responsable de sus alojamientos, ya que trabajan la separación de residuos, el compostaje, el uso de limpiadores ecológicos y la instalación de bombillas led.

Información en la web de Pays Basque.