“En cuanto al periodo de evolución, es complicado establecer un tiempo estimado. Calculamos seis meses hasta que vuelva a vestirse de blanco”, anunció Iñigo Simón, responsable médico de Baiko Pilota, el 12 de junio de 2023 (Bilbao, 1959). Hablaba sobre la rotura de labrum de la cadera derecha de Unai Laso (Bizkarreta-Gerendiain, 1997) y el paso por el quirófano para solventar el problema.
El manista fue operado por los doctores Mikel Sánchez, Nicolás Fiz y Jorge Guadilla. Para la corrección de la lesión, además, se le pusieron unos “anclajes”, porque tenía “una pequeña lesioncita en el cartílago”. Casi un año después y a las puertas de la final del Manomanista, el galeno atiende a esta cabecera para hablar sobre la recuperación del pelotari errotarra. Por el camino, mucho trabajo oculto y una gran cantidad de horas a la espalda en las que Unai no ha perdido el arrojo que le caracteriza. Gracias a su trabajo está a un paso de ganar su segunda txapela tras la de 2022.
Laso se rompió el labrum de la cadera derecha y tuvo que pasar por el quirófano para corregir la lesión. Estuvo seis meses fuera de las canchas y ha necesitado mucho tiempo para volver a emitir sensaciones parecidas a las del pelotari que deslumbró en 2022. ¿Cómo puede ocasionarse una fractura en esa zona?
—Es un cartílago que rodea el receptáculo de la cadera que recibe la cabeza del fémur. Sirve para sujetar mejor la cadera y los movimientos más extremos que se hagan. Puede suceder que se vaya cizallando poco a poco de forma continuada o que se rompa por un movimiento brusco. Esa fractura puede ser sencilla o muy complicada. El caso de Laso no fue el mismo que el de Eskiroz, que fue más difícil. La rotura de Unai se acompañó otras heridas en la zona. La cirugía fue más completa y más compleja. Se le tuvo que poner, incluso, un ligamento.
“La cirugía de Unai fue más completa y más compleja que la de Eskiroz. Se le tuvo que poner un ligamento”
Continúe.
—Además de coser el labrum hubo que hacerle otras cosas. Aparte del dolor clásico y la rehabilitación, al meterle un ligamento extra, se le altera el funcionamiento de la masa muscular: glúteos, psoas… Ha tenido que aprender otra vez a hacer gestos específicos y mover esa nueva composición. Hoy es el día en el que sigue haciendo trabajo para quitar las molestias de esos gestos a los que está acostumbrado y que ahora tiene que hacer de otro modo. Son cosas mínimas que afectan a un deportista profesional.
Y Laso ha trabajado una barbaridad para volver, haciendo muchos kilómetros de coche entre Iruñea y Gasteiz.
—Unai siempre se define como un poco rebelde y valiente, pero en todo este tiempo, que aún no ha terminado, ha estado muy predispuesto a todo lo que le hemos mandado. Ha cumplido con todo lo que le hemos propuesto. Estamos hablando de que lleva un año con ello y su implicación ha sido total. Se ha portado muy bien durante todo este tiempo. Ha sido duro, incluso, enseñarle a caminar un poco. Le dolía y le decíamos que tenía que forzar. Ha pasado ratos malos. Si quería recuperarse, tenía que pasar por esos dolores.
Como doctor le toca también apoyarle psicológicamente.
—He sido un poco transmisor de todos los que estábamos a su alrededor, para tener todos la misma versión y así él tuviera confianza. Ha habido temporadas que tenía muy poca ganancia, tanto de dolor como de gestos. Incluso, llegó el momento de decidir que debía volver a salir al frontón. Era la única manera de corregir el dolor en los últimos momentos. Llegamos a hablar con los técnicos de la empresa y con su preparador, Egoitz Carrión, para enfocar los entrenamientos. Laso lo ha pasado mal.
“Laso ha tenido que aprender otra vez a hacer gestos específicos y mover esa nueva composición”
La evolución
Vista su evolución deportiva y médica, ¿le ha sorprendido el nivel que ha mostrado en el presente Manomanista?
—A mí me ha pillado un poco pronto. Unai tenía una buena avería en la cadera y yo no habría apostado a que llegaba a una final así. Sinceramente, me quedé contento con el Parejas que hizo –el mismo Laso reconoce que fue “un rodaje–. Después, los lunes eran los lunes. Teníamos que convencerle de que había hecho las cosas bien. No esperaba una evolución tan buena como para llegar tan pronto a una final con opciones de txapela.
“Ha habido temporadas en que su cadera tenía muy poca ganancia, tanto de dolor como de gestos”
Evidentemente, una operación de cadera es algo grave y Unai tenía una cirugía compleja. Comenta que antes le costaba recuperar cuatro o cinco días y que ahora mismo le basta con un par de ellos, pero sigue trabajando y rehabilitando para eliminar el dolor. ¿Cuánto tiempo puede estar sintiendo molestias un deportista con una lesión de este calado?
—Es muy complicado de decir. El dolor es subjetivo, no como la fiebre. No me gusta poner plazos. Un tiempo más tendrá que estar trabajando, eso seguro.